La cotización de las empresas del sector farmacéutico recibió como un jarro de agua fría la nominación de Donald Trump, quien ayer eligió a Robert F. Kennedy Jr. como próximo secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Kennedy es conocido por sus posturas contrarias a las vacunas.

Tras confirmarse la nominación este jueves, las acciones de los laboratorios en el Viejo Continente registraron fuertes caídas desde los primeros instantes de la jornada. Las mayores bajadas se dieron entre los fabricantes de vacunas, como Bavarian Nordic (-17,38%), BioNTech (-8,76%), GSK (-5,13%), Sanofi (-3,85%) y AstraZeneca (-3,05%).

Otras empresas europeas del sector también experimentaron importantes retrocesos. Novo Nordisk cayó más del 3%, mientras que las suizas Roche y Novartis cerraban la sesión con pérdidas del 2,37% y 0,63%, respectivamente.

En Estados Unidos, las grandes farmacéuticas también sufrieron significativos descensos. Los fabricantes de vacunas Moderna (-5,15%) y Pfizer (-5,34%) lideraron las caídas, seguidos de Amgen, que retrocedió más del 4%, Novavax (-2,55%) y Eli Lilly (-2,28%).

Henrik Juuel, director financiero de Bavarian Nordic, uno de los fabricantes más afectados, atribuyó el desplome de las acciones a una "reacción exagerada" ante la nominación de Kennedy, según comentó a Financial Times.

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Donald Trump, quien asumirá la presidencia próximamente, criticó durante el anuncio de la nominación el papel de las compañías farmacéuticas, acusándolas de contribuir al "engaño y desinformación" que afecta a la sociedad. Según Trump, el HHS, bajo el liderazgo de Kennedy Jr., trabajará para "proteger a la población de productos químicos dañinos, contaminantes, pesticidas, productos farmacéuticos y aditivos alimentarios que han agravado la crisis de salud en Estados Unidos".

Por su parte, Kennedy prometió desempeñar un papel como "servidor público honesto" en caso de ser confirmado como jefe del HHS.

Aseguró que trabajará para eliminar la corrupción y la "puerta giratoria" entre la industria y el Gobierno, devolviendo a las agencias de salud su compromiso con la ciencia basada en evidencias.

Kennedy expresó su oposición a la política de vacunas del Gobierno de Estados Unidos, cuestionando el número de inyecciones administradas durante la infancia y sembrando dudas sobre las vacunas contra la Covid-19. Sin embargo, no ha pedido su prohibición y afirmó recientemente en una entrevista con NBC News que no tiene planes de "eliminar las vacunas".