El riesgo país de El Salvador se redujo un 48 % desde el anuncio del Fondo Monetario Internacional (FMI), hace tres meses, sobre que había llegado a un acuerdo preliminar con el gobierno salvadoreño para un programa fiscal.

El FMI informó el 6 de agosto de 2024 que logró "acuerdos preliminares" para un programa que contempla un ajuste de 3.5 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) para colocar a la deuda pública en una “senda sostenible”, además de medidas en gobernanza, transparencia y clima de inversión.

Para ese día, el Indicador de Bonos Emergentes (EMBI) de El Salvador se colocaba en 8.15 puntos, mientras que para el 14 de noviembre fue de 4.23 puntos, una reducción de 3.92 puntos en tres meses.

“Es cada vez más latente, aunque no de manera definitiva que haya una posibilidad de acuerdo con el FMI”, afirmó Rommel Rodríguez, coordinador del Área de Macroeconomía de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), al tiempo que recordó que el bitcoin sigue siendo clave en la mesa de negociación.

El EMBI es elaborado desde la década de 1990 por el banco estadounidense JP Morgan Chase, uno de los indicadores de mayor consulta de los inversionistas que mide la certeza de que una economía emergente tiene capacidad de pagar sus obligaciones.

Entre más bajo es, el mercado interpreta que el gobierno tiene mayor capacidad de pago, mientras que si sube es porque hay incertidumbre.

Además, es una referencia al momento de emitir deuda porque se usa para calcular el interés que debe ofrecer una economía emergente adicional a la tasa de los bonos del Tesoro de EE. UU., considerados libres de riesgo.

Si el bono del Tesoro se cotiza en 4.4 %, más el EMBI de El Salvador, significa que si el gobierno emite nueva deuda en el mercado internacional tendría que ofrecer una tasa mínima de 8.6 %.


¿Qué pasó en tres meses?

Desde el anuncio del acuerdo preliminar, el gobierno emitió dos procesos de recompra de deuda.

El primero constituyó en octubre una oferta de recompra de los vencimientos entre 2027 y 2052, que en conjunto representaban $7,199.5 millones, de los cuales hubo acuerdos para $940.4 millones.

La segunda oferta se lanzó esta semana y cerrará el 18 de noviembre, para los títulos con vencimiento entre 2027 y 2034 que en conjunto suman $2,635 millones.

Además, el gobierno prepara una nueva emisión de $1,000 millones de bonos con un vencimiento de 30 años. Según fuentes consultadas por Bloomberg, en una reunión con inversionistas se sumaron dos técnicos del FMI - entre ellos el jefe de la misión técnica de El Salvador Raphael Espinoza-, quienes confirmaron que en diciembre próximo realizarán una visita al país para continuar las negociaciones de un acuerdo de asistencia.

“La presencia del FMI, el acompañamiento, en actividades como estas creo que son un indicador que favorece la imagen del país”, añadió Rodríguez.

Para el economista, también influye en el EMBI los procesos de reperfilamiento de deuda que demuestran que "hay apetito de parte de los tenedores de bonos en venderlos otra vez y el gobierno de recomprarlos”. “Aunque son heterodoxos, no son usuales en el tratamiento de la deuda pública, a los agentes privados les parece y ven una opción”, sostuvo.

A pesar de la reducción del EMBI, El Salvador mantiene el mayor riesgo en Centroamérica. Guatemala cerró el 14 de noviembre con 2.07 puntos, Panamá con 2.59, Costa Rica con 2.01 y Honduras con 3.29.

Sin embargo, se mantiene alejado de los valores récords reportados a mediados de 2022, cuando superó la barrera de los 30 puntos y fue uno de los países más riesgosos de América Latina, después de Venezuela.