El cantante y compositor Astor Torres, heredero del talento musical de su padre Álvaro Torres, visitó la redacción de Diario El Mundo para promocionar su nuevo sencillo “Ya no hay amor” y comenzar la grabación de un documental que retrata los inicios de la carrera de su progenitor en las calles capitalinas.

Entre pupusas, recuerdos familiares y proyectos musicales, el artista pidió un espacio en el corazón del público salvadoreño para escribir su propia historia.

¿Qué te trae a El Salvador en esta oportunidad?

Llegué a El Salvador y fuimos a la zona cero a empezar a grabar un documental donde estoy  tratando de revivir los pasos que mi padre Álvaro Torres tomó cuando tocaba aquí en las calles. Incluso me encontré a unos músicos que llegaron a tocar con mi abuelo Gérman Ibarra y me contaban de que mi abuelito era violinista con ellos y mi papá era un niño cantando en la calle con ellos, me conmovió esa historia y feliz de la vida… de poder venir a deleitarme de tanto paisaje, un país hermoso y de comer bien rico.

 

Sí, sobre todo las pupusas…

Sí, ayer comí pupusas ahí en el centro, muy rico…

 

¿Las preferís de maíz o de arroz?

Me gustan las dos. Pero la de arroz tiene alguna peculiaridad que me encanta, sobre todo la que es con queso y loroco.

 

¿Tu objetivo es la grabación del documental?

Sí, es eso y dar a conocer mi música. Yo estoy tratando de invertir lo que pasó con mi padre: Mi padre se va a los 20 años para Guatemala y en Guatemala es donde se hace famoso o su carrera crece, y yo estoy tratando de venir a El Salvador a ver si sucede lo mismo. Pidiendo la oportunidad a los salvadoreños de que me den un chance de entrar en su corazón y que decidan qué puede pasar con mi carrera.

 

¿Habrá chance de verte cantando con tu padre aquí en algún momento?

Aquí en El Salvador nunca lo hemos hecho. He tenido la fortuna de compartir escenario con mi papá muchísimas veces en otros lugares donde hay muchos salvadoreños, como en Maryland, Estados Unidos, o incluso en otros países como Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Chile y es algo muy especial para mí porque yo desde niño soñaba con ese momento. Yo espero que algún día lo podamos a hacer aquí, como él dice, allá en mi patria querida el Salvador.

Sería fenomenal, a mí me encantaría. Primero que todo porque estamos en la tierra que él ama tanto, a la cual le dedicó una canción tan hermosa como “Reencuentro” (Patria querida), que solo un salvadoreño puede escribir una canción hacia El Salvador de esa manera. Poder vivir ese calor que tienen los salvadoreños con mi papá sería genial.

 

¿Recuerdas la primera vez que  escuchaste “Reencuentro”?

Sí, yo estuve en la grabación, tenía unos 11 años. Él le estaba diciendo al de la flauta que hiciera la parte del tema “El torito pinto", pero él músico era un americano y no sabía qué era eso y mi padre tuvo que darle la tonada, él músico la copió y la hizo. Es una cosa que tengo aquí grabada en la mente.

También, recuerdo la grabación de las cuerdas y la frase, cuando él empieza la canción: “Hacía tanto…”; él añoraba a El Salvador y se acordaba de todo lo que vivió aquí, las andadas en la en la zona cero, las andadas cantando en buses, cuando vino caminando de oriente para acá buscando a mi abuelo, para él poder ser músico.

 

¿Ese momento te motivó a decir: "Yo quiero dedicarme a esto"?

Fíjate que ya ese momento lo había vivido a la edad de seis, siete años que fue la primera vez que yo voy de Guatemala hacia Estados Unidos a ver a mi padre y me llevaron a un teatro; cuando yo vi la ovación de la gente y lo ví ahí cantando tan bonito, yo me quería ir para allá (al escenario) y el manager me agarraba y me decía: "Que no, quédate aquí".

Y yo desde ahí me di cuenta que quería hacer esto. Después vienen grabaciones de discos llegando al tema de “Reencuentro”.

Yo desde entonces quería hacer eso, llegando al punto que el año pasado le hice un homenaje en vida que se llama “Obras de mi padre”, donde escojo 10 canciones de él y las hago a mi estilo en una onda bien íntima. Cuando se lo presento, él llora de emoción porque le gustó mucho, entonces yo me di por bien pagado, ya con eso.

 

¿Pensaste que tendría el éxito que ha cosechado?

Nunca pensé que fuera a pasar algo con el disco; sin embargo, lo he presentado en Cuba, Chile, Perú, Colombia y ha tenido éxito, pero como eso fue el año pasado, aquí no lo hemos presentado todavía. Yo espero que ahora que estoy presentando “Ya no hay amor”, que es mi nuevo sencillo, la gente empiece a buscar mi música y encuentre ese disco, que es muy especial.

 

Cuéntanos de tu nuevo sencillo…

“Ya no hay amor” es una canción que le escribí a una novia que tuve hace unos años, una cubana que conocí en Miami FL. Yo la conocí en un lugar nocturno y siempre, a partir de ese momento, nos veíamos de noche. Llegó un momento en que yo me enamoré y le dije: "Mira, a mí me gustaría verte de día también". Ella me dijo: "No, es que de día no puedo. Yo creí que usted estaba en la misma sintonía que yo". Lo que ella quería era fiesta.

Me acordé de esa historia cuando estaba con un amigo que es compositor llamado Xavier Mily y me preguntó: "¿Por qué no hacemos una canción de eso?". La hicimos y eso es lo que estamos promocionando ahorita.

Lo grabé en marzo y salió el 4 de junio. Tiene dos mesecitos y la verdad que la aceptación que he tenido a nivel latinoamericano ha sido muy buena, estoy muy feliz,  llegando al punto que me voy para Madrid el 5 de septiembre a darle promoción también por allá.

¿Tendremos la oportunidad de verte actuar aquí?

Depende de los fanáticos, de que hagan suyas mis canciones y haya una demanda. Cuando hay demanda, entonces ya hay empresarios que pueden traerlo a uno. Yo feliz de la vida, me encantaría, sería un sueño hecho realidad para mí.

 

¿Cuál es el mensaje que le darías a las nuevas generaciones que quieren dedicarse a la música?

El mejor consejo que me dieron un día es que tienes que trabajar duro, tienes que ser muy disciplinado y muy constante y sobre todo ser honesto contigo mismo y no hacer lo que la gente.