Tuvimos una conversación con la emprendedora salvadoreña Sofía Aparicio, fundadora de las tiendas de ropa femenina April Store y de la marca Tropics, quien comenzó en el mundo del emprendimiento vendiendo pizzas y luego ropa interior en redes sociales hasta expandir su oferta a otras prendas de indumentaria.

Hoy en día, sus tiendas tienen dos sucursales y su propio taller de producción.

¿Cómo surgió la idea de emprender?

En 2007 me di cuenta que iba a ser mamá y que íbamos a ser papás con mi novio. Yo era súper joven y acababa de salir del colegio. Fue una época bien difícil personalmente; entonces, la primera opción siempre fue buscar un trabajo y en ningún lado me daban porque estaba embarazada. Me tocó buscar oportunidades donde pudiera generar un poco de dinero y sabía que mis papás también estaban pasando por sus propios problemas.

Así que empecé trabajando para otras personas y, en ese momento, nos tocó irnos a vivir a San Miguel, porque somos migueleños, y estando allá supe que necesitaba seguir trabajando porque no quería llegar a la casa de mis suegros de brazos cruzados. Mi papá me dijo que empezara a emprender, que él sabía que yo podía porque siempre le ayudé a mi mamá y recordé lo que ella hacía. Así empecé a hacer pizzas personales desde casa.

¿Qué sucedió después?

En 2010, como estábamos en San Miguel, estábamos vendiendo pizzas y estudiando; me di cuenta que habían capacitaciones en el lugar donde estudiaba; entonces empecé a vender pizzas en las capacitaciones y luego a las gasolineras. En eso, alguien de San Salvador me dijo si podía ser un “mystery shopper” para ir a todas las agencias de un banco a hacer de cliente oculto; y así, fue como encontré a una proveedora de ropa interior, era la mamá de una amiga, y me di cuenta que pertenecía a una de las mayores distribuidoras de ropa del país.

Ella me regaló una docena de brasieres pero de la docena solo me tallaron dos y yo le dije, “mire qué pena si las vendo” y ella me respondió: “hace lo que querrás”. Por eso fue que vendí esos 10 brasieres que tenía.

Hice una página en Facebook, subí una foto y mi sorpresa fue que al día siguiente tenía más de 100 personas preguntándome por la ubicación del negocio, ahí fue que se desató todo. Yo la llamé a ella y le dije, “mire acá pasó algo y yo necesito más ropa interior” y me dijo: “Ya sabía, venite con lo que tengas”, porque también para poder comprarle a ella se necesitaba un monto para empezar.

La vida acomoda a las personas en el lugar donde van a triunfar...

Sí, porque yo nunca lo pedí, era como que una cosa me jalaba a la otra, pero si no hubiera empezado a hacer pizzas, no me hubiera llevado a lo otro. Todo es una conexión de puntos: si lo ves para atrás, todo te sirve, todo te enseña. A veces, cuando decimos ¿qué estoy haciendo aquí? todo nos está enseñando algo.

¿Qué se necesita para ser una mujer emprendedora aquí en El Salvador?

Dicen que las emprendedoras nacen por oportunidad o por necesidad, pero creo que todos traemos esa semillita. Sí, creo que hay seguidores y líderes, y el mundo necesita de ambos, porque una empresa también se construye con las personas que te apoyan en ese sueño, que es el emprendimiento. Hay una responsabilidad muy grande para todos los que emprendemos, dando mejores oportunidades a la gente que se une a nuestros sueños. Al final de cuentas, alguien más está aportando su tiempo y su sueño en un proyecto que no es solo nuestro.

Considero que todos traemos esa capacidad, pero hay que seguir a pesar de los obstáculos. Tengo un lema que dice “fracaso, luego existo”; convertir esos fracasos en oportunidades, te da una madera sólida para afrontar los siguientes retos.

Ambos caminos, ya sea trabajar para una gran empresa o desarrollar un proyecto propio, tienen mucho valor y requieren sacrificios. El camino que elijan es el que nos corresponde vivir y no debemos satanizar uno sobre el otro.

¿Cuáles han sido los principales desafíos de tu proceso?

El primero fue empezar a emprender siendo mujer, porque estaba ese tabú en mí, que yo tenía que estar en la casa, que yo tenía que cuidar a mi hija 24/7, que no podía enfocarme en mis sueños y sí, llegué a tener un encontrón bastante personal, llegué a sentirme mala mamá y decidí en un momento cerrar todo porque pensé que iba en contra de algo ya estipulado.

Pensaste que quizás estabas siendo un poquito egoísta...

¡Exacto! y después me di cuenta que no. Tuve que ir a terapia y me acuerdo que la terapeuta me dijo: “Sofi no sos ni la primera, ni la última mujer que trabaja para cumplir sus sueños, es el mejor legado que le vas a dejar a tu hija y que tu hija vea que su mamá lucha por cumplir sus sueños”. Ese fue el primer reto, el saber que no solo por ser mujer estoy etiquetada y creo que es bien difícil, porque muchas mujeres no deciden emprender o salir a trabajar por eso, también se respeta a quien decide el otro lado, pero ya eso ya es cuestión de cada uno.

Luego, siempre con el tema de ser mujer: llegar donde proveedores y que no te crean o ir a la banca y que no te den crédito; pero también, tuvimos que formarnos nuestros propios caminos, te das cuenta de que uno tiene que persistir: persistir en lo que quieres para poder lograrlo.

Fundas April Store en 2010... ¿Cómo llega tu marca original, Tropics?

Gracias a la pandemia, empezamos nuestro proyecto de producción local. Cuando vino la pandemia y se cerraron las aduanas, tuvimos que empezar a buscar proveedores locales y todo cerrado, era súper difícil...

Decidimos montar nuestro taller de producción de confección en el patio de nuestra casa, ahí nació Tropics y cuando empezamos a producir nosotros y ver qué era lo que más se vendía en redes sociales, empezamos en todas las redes sociales a contar nuestra historia y eso es un clic con la gente que nos impulsó un montón, en medio de la pandemia. Fue un año increíble para nosotros y lo más importante es que impulsó nuestro taller de producción y decidimos cerrar las tres tiendas, ya que, dijimos: “vamos a hacer una sola cosa y la vamos a hacer bien”. Entonces, nos quedamos con la tienda en el centro comercial Galerías. Nos fortalecimos, nos reestructuramos, montamos nuestro taller de producción ya oficial y ha sido una de las aventuras más gratificantes que April Store ha tenido en 14 años.



¿Parte de la ropa que venden en la tienda es de tu marca?

Los que nos visitan pueden identificar nuestra producción local, producida en un taller de producción, del que yo soy la líder también y la viñeta dice Tropics; lo que no diga Tropics es importado. Seguimos importando porque nos hemos querido especificar en ciertos productos en los que queremos ser muy buenos, aparte de eso, le hemos proveído a otras empresas, también a otras tiendas de ropa, a otras boutiques, considero que es una "coopetencia", porque con la competencia también puedes cooperar/colaborar y hay muchas boutiques que también están muy interesadas en tener producto local, así que nosotros también le estamos apostando a esto.

¿Tu misma escoges la colección?

Sí.

¿Cómo es el proceso?

El proceso ha variado y se ha ido ordenando en el tiempo. Con el equipo nos sentamos, revisamos datas, somos más ordenados en ese en ese sentido, escuchamos a las clientas, lo que andan buscando y eso lo integramos, tanto las tendencias que están viniendo como también una moda atemporal, que es una ropa que te la puedes poner en el 2030 y te va, nos hemos enfocado un montón en eso.

¿Podría considerarse moda sostenible?

De hecho, Tropics nace bajo esa premisa. Queríamos disminuir nuestro impacto porque la industria textil es la segunda más contaminante en todo el mundo y cuando yo me di cuenta de eso, dije “no puede ser que estamos en ese rubro”, pero como tú dijiste, la vida te va poniendo en ciertos caminos, que de repente uno no los elige, y si es así, probablemente es para hacer un cambio también. Además, controlamos la calidad de lo que producimos, lo cual, lo hace sostenible. Así hemos buscado también proveedores de calzado nacional que hagan clic con nuestra visión para poder al final de cuenta dinamizar la economía local.

¿Cuál es tu consejo para las mujeres que quieran dedicarse al emprendimiento?

Si lo sienten y les apasiona, que vayan por ello; si tienen miedo, que lo hagan con miedo, que ocupen el miedo como motor; al final de cuenta, todo se construye en el camino. Claro, uno puede escuchar podcasts en YouTube y donde uno pueda seguir aprendiendo. Yo no he terminado mi universidad todavía; sin embargo, he tratado de aprender mucho de la universidad de la vida, de tener mentores, de pedir consejo a la gente que está donde tú quieres llegar.


Sofía inauguró su segunda April Store la semana pasada en la Plaza Malta, Antiguo Cuscatlán, viendo crecer su emprendimiento y su marca original Tropics.