El aumento sostenido de las temperaturas globales reducirá significativamente la capacidad del planeta para producir alimentos básicos, incluso si se consideran los avances económicos y la adaptación agrícola, advierte un estudio publicado este miércoles por la revista *Nature*.



La investigación, liderada por la Universidad de Stanford, calcula que por cada grado centígrado adicional de calentamiento, la producción alimentaria global disminuirá en promedio 120 calorías por persona al día, lo que representa una pérdida del 4.4 % del consumo calórico actual.

“Si el clima se calienta 3 grados, es básicamente como si todo el mundo en el planeta renunciara a desayunar”, advirtió Solomon Hsiang, uno de los autores del estudio, citado por Stanford. La advertencia cobra especial relevancia en un mundo donde más de 800 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria.



El análisis modeló el rendimiento de seis cultivos clave —trigo, maíz, arroz, soja, cebada y mandioca— en diversos escenarios de cambio climático. Los resultados son preocupantes: para 2050, se estima una caída del 8 % en la productividad agrícola global, independientemente de la reducción de emisiones de dióxido de carbono.

Proyecciones a largo plazo y zonas más vulnerables

Para el año 2100, si las emisiones se reducen rápidamente, la producción global caería un 11 %. Pero si estas continúan creciendo sin freno, la pérdida podría alcanzar un 24 %. El estudio analizó 12,658 regiones en 55 países y confirmó que cinco de los seis cultivos analizados enfrentarían reducciones considerables.

Solo el arroz podría experimentar un aumento en su rendimiento, beneficiado por noches más cálidas. En contraste, la probabilidad de caída en la producción de los demás cultivos oscila entre 70 % y 90 % hacia finales de siglo.

En un escenario de altas emisiones, el maíz podría desplomarse hasta en un 40 % en Estados Unidos, China oriental, Asia Central, África del Sur y Medio Oriente. Las pérdidas de trigo podrían variar entre 15 % y 25 % en Europa, África y Sudamérica, y alcanzar entre 30 % y 40 % en países como China, Rusia, EE.UU. y Canadá.

Adaptación insuficiente ante el desafío climático

Aunque el estudio incorpora medidas de adaptación consideradas realistas —como cambios en variedades de cultivos, fechas de siembra y uso de fertilizantes—, estas solo compensarían alrededor de un tercio de las pérdidas proyectadas si las emisiones siguen en aumento.

“Cualquier nivel de calentamiento, incluso con adaptación, provoca pérdidas en la producción agrícola mundial”, advirtió Andrew Hultgren, coautor del estudio de la Universidad de Illinois.

Las regiones más afectadas serán tanto las grandes potencias agrícolas como las comunidades rurales de subsistencia, que dependen de cultivos como la yuca para sobrevivir.

“El clima favorable es clave para mantener la productividad agrícola a lo largo de generaciones. Pero si dejamos que el clima se deteriore, todo lo demás se desperdicia. La tierra que dejes a tus hijos servirá para algo, pero no para cultivar”, concluyó Solomon Hsiang.