En medio de una emergencia zoosanitaria por gusano barrenador de ganado (GBG), Estados Unidos ha reactivado un protocolo para evitar la propagación de la plaga en suelo estadounidense, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
La última actualización del estado de salud animal en la región del 4 de junio clasifica a El Salvador, al igual que el resto de Centroamérica, como afectado por el gusano barrenador.
A través del Código de Regulaciones Federales, que data de la década de 1990, el gobierno de Estados Unidos aclara que, si los rumiantes provienen de una región donde se ha detectado casos positivos de gusano barrenador, pueden ingresar al mercado, pero cumpliendo una serie de requisitos.
El gobierno estadounidense plantea en su legislación que un veterinario debe tratar a los rumiantes con ivermectina de tres a cinco días previos a su exportación hacia los Estados Unidos.
Sobre este punto, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de El Salvador confirmó a finales de mayo que ivermectina y doramectina son los medicamentos seleccionados para combatir al gusano.
Luego de esto, los animales deben ser examinados para detectar la presencia de la plaga nuevamente, pero 24 horas antes de ser enviados a Estados Unidos.
"Si se detecta infestación con el gusano barrenador, se les debe aplicar tratamiento hasta que estén libres de infestación", añade el párrafo de la ley que permite el acceso a los certificados sanitarios para rumiantes.
Movilización
Culminado lo anterior, cuando los animales sean cargados en un medio para su transporte, un veterinario debe tratar cualquier herida visible, utilizando polvo de cumafós.
Los rumiantes, entre ellos el ganado, deberán ingresar a Estados Unidos con un certificado firmado por un veterinario desde El Salvador que valide el procedimiento anterior, confirmando que han sido examinados y están "libres de gusano barrenador".
Las medidas anteriores también serán aplicables al ingreso de cerdos y de caballos, solo que a estos últimos se les debe poner en cuarentena por siete días cuando ingresen a los Estados Unidos.
Al menos 24 horas después los caballos deberán ser revisados para determinar que no porten el gusano barrenador. Finalmente, estos animales deberán permanecer en un centro de importación durante al menos una semana y antes de la liberación un veterinario debe volver a corroborar que esté libre de la enfermedad.
En el caso de los perros, estos deben tener un certificado firmado por un veterinario en donde se constate que ha sido revisado cinco días antes de su llegada a Estados Unidos y que no porta el GBG.
Gusano en la región
La normativa estadounidense señala que el Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales (APHIS) es la encargada de revisar solicitudes de reconocimiento de estatus zoosanitario de una región para constatar que la enfermedad ya no se encuentra en el país y eliminar de los requerimientos sanitarios anteriormente mencionados.
El gobierno estadounidense suspendió en mayo las importaciones de animales vivos a través de los puertos de entrada de la frontera sur por aquellos que ingresen como originarios o en tránsito desde México.
La medida generó descontento para los ganaderos mexicanos. A finales del mes pasado los gobiernos de México y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para ejecutar diferentes medidas para reapertura las exportaciones e intensificar una campaña contra el gusano barrenador.
Hasta el 19 de abril de 2025, Centroamérica y México acumularon más de 80,000 pruebas positivas a la plaga tanto en animales como en humanos.
En el caso específico de El Salvador, entre diciembre de 2024 y abril de 2025 se presentaron 1,171 casos de GBG, de los cuales 597 fueron bovinos, 505 caninos, 34 porcinos, 18 equinos, nueve felinos, cuatro caprinos y otros cuatro ovinos.
