Aunque El Salvador es pionero en la explotación de la energía geotérmica, solo cuenta con dos centrales y un boca pozo pero, según LaGeo, existen al menos siete zonas con potencial para establecer nuevos proyectos en diferentes puntos del país.
El presidente de LaGeo, Mynor Gil, explicó durante un evento la semana pasada que algunos de estos sitios ya están siendo intervenidos, como es el caso de San Vicente y próximamente Chinameca, en San Miguel.
En la lista compartida por Gil durante su presentación, la zona este de Ahuachapán se caracteriza como uno de los principales lugares en donde se pueden desarrollar este tipo de proyectos.
En este departamento, LaGeo instaló la primera planta geotérmica de El Salvador hace 50 años, con una capacidad inicial de 30 megavatios (MW) que en la actualidad inyectan 95 MW a la red.
En la lista también se encuentra el cerro Cuyanausul, en el departamento de Ahuachapán, así como la zona de Coatepeque, en Santa Ana, y San Vicente.
LaGeo define como sitio potencial San Rafael Obrajuelo, así como Chinameca y Conchagua.
“Nuestro país cuenta con recursos, hay lugares donde estamos creciendo y bendito sea Dios es lo que nos ha permitido ir creciendo en nuestra capacidad de generación”, indicó Gil.
Magaly Flores, de la Asociación Geotérmica Mexicana, aseguró durante el evento que la energía geotérmica es base del resto de fuentes energéticas porque funciona las 24 horas del día, con “altos factores de capacidad”.
Este tipo de recursos, indicó Flores, se encuentran generalmente en la parte del cinturón de fuego del océano Pacífico, en donde se da un choque de placas tectónicas y se genera un calor que emerge a la superficie, un punto donde las tecnologías actuales aún no pueden llegar con la perforación tradicional.
Antecedente
En su presentación, LaGeo reveló que el reconocimiento de posibles lugares no es algo nuevo, desde las décadas de 1960 y 1970, cuando el país daba sus primeros pasos en intentos por incursionar en la geotermia, se realizó un reconocimiento de 18 áreas definidas.
De estas se realizaron estudios superficiales detallados en Ahuachapán, Berlín, Chipilapa, Parras Lempa y Santa Rosa de Lima.
Posteriormente, con los resultados de la perforación del pozo AH-1 se decidió iniciar con el desarrollo geotérmico de la planta en Ahuachapán.
En la actualidad, El Salvador cuenta con una capacidad instalada de 217 MW, de los cuales 95 MW son generados por Ahuachapán, 117 por la planta en Berlín y 5 MW por el boca pozo de San Vicente.
Tatiana Orellana, del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica), señaló que por ser parte del cinturón de fuego la región tiene un potencial de explotación que ronda entre los 3,000 MW y 5,000 MW geotérmicos.
“Hemos empezado desde el 75 (1975) con proyectos de integración eléctrica y contamos con la experiencia de, además de El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y en los últimos tiempos Honduras”, puntualizó Orellana.
Solo en agosto, un 18.70 % de la energía demandada por los salvadoreños fue suplida con las plantas geotérmicas, según el último informe de la Unidad de Transacciones (UT). A detalle, de los 599.77 gigavatios hora (GWh), 118.97 GWh fueron inyectados por este tipo de fuente.