La agencia calificadora Fitch Ratings reafirmó este miércoles la calificación de riesgo soberano de El Salvador en "B-" para la deuda en moneda extranjera a largo plazo, manteniendo una perspectiva estable, respaldada por la reducción de las necesidades de financiamiento del país y la implementación de un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).



El acuerdo con el FMI, un programa de Facilidad Extendida por 40 meses con un valor de 1,400 millones de dólares, fue destacado como un ancla clave para la política económica salvadoreña. El programa contempla reformas estructurales enfocadas en disciplina fiscal, gobernanza y sostenibilidad del sistema de pensiones, así como una contención del uso gubernamental del bitcóin.

Fitch señaló que el déficit fiscal del sector público no financiero se redujo a 4.4% del PIB en 2024 y prevé una disminución continua hasta 2.1% en 2026. La consolidación fiscal será impulsada por recortes en el gasto y mejoras en la recaudación tributaria, medidas que se enmarcan en el presupuesto 2025 y en los compromisos con el FMI.



Además del financiamiento directo del FMI, el programa podría destrabar hasta 2,200 millones de dólares adicionales en préstamos multilaterales, lo que aliviaría las necesidades de financiamiento para 2025 y 2026, sin necesidad de emitir nueva deuda en los mercados internacionales durante esos años.

Persisten desafíos por alto endeudamiento

A pesar de los avances, la calificadora advirtió que la deuda del sector público no financiero alcanzó el 87.2% del PIB en 2024 y se proyecta que se mantenga elevada, llegando al 87.8% en 2025. Aunque se espera una disminución gradual impulsada por superávits primarios, el nivel sigue siendo significativamente más alto que la mediana de países con calificación similar ("B"), que es del 52.1%.

Fitch también expresó preocupación por la elevada carga de intereses, que representó un 17.2% de los ingresos del gobierno en 2024, uno de los factores que limita una mejora en la calificación.

La economía salvadoreña crecería un 2.2% en 2025, levemente por debajo del 2.6% en 2024, en parte por los ajustes fiscales y un contexto externo menos favorable. No obstante, se espera una recuperación hacia 2026 y 2027 gracias a mayor inversión privada y mejoras en la seguridad que siguen impulsando el turismo.

El déficit en cuenta corriente se reduciría gradualmente a 0.9% del PIB en 2026, financiado principalmente por inversión extranjera directa en infraestructura e industria. Las reservas internacionales aumentarían hasta 4,200 millones de dólares en 2025, aunque un 63% de ese total corresponde a encajes bancarios, no disponibles directamente para el gobierno.

Factores de riesgo y posibles mejoras

Entre los factores que podrían llevar a una rebaja de la calificación están un deterioro fiscal que incremente las necesidades de financiamiento o una caída significativa en la liquidez externa. Por otro lado, una consolidación fiscal sostenida o una mejora duradera en las reservas internacionales podrían favorecer una mejora de la nota.

Fitch reiteró sus preocupaciones respecto a la gobernanza en El Salvador, manteniendo puntuaciones ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) de 5 en indicadores clave como estabilidad política, calidad institucional y control de la corrupción. La agencia recordó que la reestructuración de deuda relacionada con pensiones en 2023 fue calificada como un evento de default, lo que sigue afectando la percepción de los derechos de los acreedores.