El Parlamento iraní propuso este domingo cerrar el estrecho de Ormuz, un paso estratégico por donde circula el 20 % del petróleo mundial, en respuesta a los recientes bombardeos estadounidenses contra instalaciones nucleares en Irán.
El general Esmaeil Kowsari, integrante del Comité de Seguridad del Parlamento, aseguró que existe un consenso legislativo para bloquear el paso marítimo, aunque aclaró que la decisión final corresponde al Consejo Supremo de Seguridad Nacional, organismo presidido por el mandatario iraní, Masud Pezeshkian.
El estrecho de Ormuz, situado entre Irán y Omán, es esencial para la economía global, ya que conecta a los países del Golfo Pérsico con los mercados internacionales de petróleo y gas natural. Su cierre sería considerado un "escenario pesadilla" para el mercado energético, según el experto Arne Lohmann Rasmussen, de Global Risk Management.
Citigroup estima que un cierre temporal del paso elevaría el precio del barril Brent hasta los $90, desde los actuales $75, mientras que una interrupción prolongada podría llevarlo a superar los $100. JP Morgan va más allá y proyecta un alza hasta los $130 por barril si el conflicto se intensifica. Goldman Sachs considera que el riesgo geopolítico ya añade una prima de $10 al barril y advierte que una interrupción sostenida afectaría la capacidad de respuesta de la OPEP+.
El contexto de esta amenaza es una escalada militar entre Israel e Irán desde el pasado viernes 13, cuando el Estado judío lanzó ataques contra objetivos nucleares iraníes. En los últimos días, se han registrado bombardeos sobre la provincia de Bushehr, donde se ubica la única planta nuclear iraní, y otros ataques sobre zonas civiles y militares que han dejado 430 muertos y 3,500 heridos en Irán, la mayoría civiles. En Israel, los ataques han dejado 24 víctimas mortales.
El estrecho nunca ha sido cerrado, pero ha sido escenario de múltiples tensiones, sabotajes y enfrentamientos. Irán ya había amenazado en 2011 con bloquear el tránsito de crudo ante sanciones internacionales, postura que reafirmó recientemente como una reacción defensiva frente a lo que califica de agresión estadounidense.
