Casi la mitad de los salvadoreños mayores de 65 años aún trabajan en El Salvador, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).



El documento, divulgado a mediados de abril, confirma que en El Salvador un 44.3 % de los hombres y un 19.5 % de las mujeres mayores de 65 años desempeñan actividades laborales para generar ingresos y cubrir sus necesidades.

Las estadísticas, que datan del 2023, señalan que El Salvador mantiene una tasa de participación laboral por encima de los datos regionales.



La OIT apunta que en América Latina un 40.5 % de los hombres y un 19.3 % de las mujeres se encuentran aún activos en el mercado laboral pese a su edad.

Los datos detectados en El Salvador reflejan que tiene la segunda tasa más alta a nivel centroamericano, superado solo por Guatemala -en donde un 61.7 % de los hombres pasan por esta situación- y la sexta a nivel de Latinoamérica.

Situación regional

El análisis refleja que, en el caso de los hombres, Bolivia tiene los niveles más altos de trabajo después de los 65 años, con una tasa de un 64.9 % del total de este sector poblacional.

En Perú, un 52.5 % de los hombres trabajan durante la vejez, mientras que en Paraguay la cifra es de un 49 % y en Ecuador de un 46.9 %.

En el caso de las mujeres, la situación no cambia, Bolivia se mantiene con la porción más alta, con un 52.5 %, seguido de Perú con un 35.7 %, Ecuador con un 29.3 % y Guatemala con un 25.8 %.

En el caso de Paraguay, la proporción de las mujeres en la vejez que trabajan es de un 24.8 % y en El Salvador es de un 19.5 %.

Los niveles más bajos de empleo en este grupo etario los tiene Brasil, en el caso de los hombres, con un 22.8 %, y Costa Rica para las mujeres, en donde solo un 7.8 % de esta edad labora.

La OIT señala que entre los motivos que pueden impulsar la permanencia en el ámbito laboral de sus trabajadores está la necesidad de generar ingresos para sus necesidades básicas, porque las personas tuvieron pocas oportunidades de ahorro durante su vida activa.

Bajo este factor, también influye la ausencia o bajos montos de pensiones y la presencia de hogares "multigeneracionales".

Las personas también trabajan después de los 65 años por elección personal, su buen estado de salud y por factores económicos y sociales.

La actividad laboral en la vejez se respalda, de la misma forma, por una mayor esperanza de vida y cambios institucionales que alargan la espera -en algunos países- para la aplicación a la edad de retiro legal.