Las micro y pequeñas empresas (mypes) formales e informales representaron el 48.8 % del producto interno bruto (PIB) salvadoreño en los últimos cuatro años, aseguró el último informe del estado de la mype a cargo del Observatorio Mype.

El documento, elaborado en colaboración entre el programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) El Salvador y la Fundación de Apoyo Integral (Fusai), apunta a que, de esta porción, alrededor de un 8.2 % del PIB es aportado por las mypes formales.

El director del programa Flacso El Salvador, William Pleites, dijo que  las mypes informales representan más de un 40 % del PIB del país.

“Las mypes estarían aportando casi el 50 % y es más, en algunos años ha llegado casi al 55 % o al 60 %”, puntualizó Pleites.

La institución presentó el año pasado un primer vistazo del aporte de las mypes a la economía local, pero solo del lado informal, reflejando una contribución de un 42.9 % del PIB.

En esta ocasión el análisis toma en cuenta también al sector formal y refleja un aumento del aporte empresarial.

El economista señala que en el país hay más de 800,000 mypes informales, mientras que los formales rondan los 31,000 negocios.

El Observatorio Fusai destaca la importancia de las mypes formales que pese a representar un 3.6 % del parque empresarial, contribuyen en más de un 8 % del PIB del país.

Según Pleites, buena parte de lo que generan las mypes se destina a salarios, otra porción se destina al pago de intereses y otra parte al pago de impuestos.

Durante el lanzamiento de la investigación se dio acceso a un stand con microempresarios de diferentes puntos del país. /Jaqueline Villeda

 

Empresas formales

El informe divulgado este viernes apunta a que en 2020 las mypes formales contribuyeron en un 7.8 % al PIB del país, mientras que un año después el aporte fue de un 10.5 %, para luego subir a un 8 % en 2022, mientras que en 2023 el aporte cayó a un 6.7 %

El documento también revela que en 2023, las mypes formales produjeron alrededor de $12,257 millones, de los cuales $1,585 millones corresponden a las microempresas y más de $673 millones a las pequeñas empresas.

Basado en la tendencia del PIB, el Observatorio de Fusai reconoce un declive en la contribución de las mypes formales, empujado por los impactos de la pandemia de covid-19 y de la inflación en los cuatro años analizados.

Durante este período, las mypes formales redujeron las ventas y sus utilidades por un lado, y, por otro, aumentaron el endeudamiento.

“A ello se suman los desalojos de los centros históricos en varias ciudades, que obligaron a numerosas empresas a operar en condiciones menos favorables o incluso a cerrar”, indicó el Observatorio Fusai.

Entre los principales resultados de este tema, el informe mype destaca que el valor agregado que genera este rubro económico tiende a variar de los estratos, porque las microempresas formales, por ejemplo, concentran este recurso en salarios, dejando un margen reducido de su excedente, una situación que refleja “vulnerabilidad y limitaciones para crecer”.

Por su parte, las pequeñas empresas formales tienen una estructura más diversificada, con una mayor capacidad para generar excedentes, pero con mayores contribuciones tributarias y financieras.