Pese a un aumento del 12 % del salario mínimo, El Salvador se posiciona como el segundo país de Centroamérica con la remuneración más baja, según las legislaciones aprobadas por los gobiernos.



Desde el 1 de junio de 2025, el salario mínimo en El Salvador incrementó un 12 % a nivel general.

La distribución se realiza por rubros, por lo cual el pago mensual para los trabajadores irá desde los $272.53 -en el sector agropecuario, pesca y otras actividades, así como en la recolección de café-, hasta los $408.80 en los rubros de comercio, servicios, industria, ingenios azucareros y agroindustria.



La remuneración mínima más baja se registra en Nicaragua, pese a que en febrero de este año la comisión tripartita que revisa el salario aprobó un alza de un 4 % para diferentes sectores de la actividad económica y un reajuste en un 7 % para las industrias sujetas a régimen fiscal.

Los nicaragüenses obtienen un salario mínimo que va desde los $161.69 (5,950.02 córdobas) en el sector agropecuario, hasta los $361.84 (13,315.71 córdobas) para los trabajadores en construcción, establecimientos financieros y seguros.

El resto de la región



Según el Ministerio de Trabajo de Guatemala (Mintrabajo), el aumento para el 2025 varió desde un 6 % hasta un 10 %.

De esta forma, en el departamento de Guatemala, los trabajadores reciben el salario mínimo más bajo de $426.62 (3,278.59 quetzales) mensuales, mientras que el más alto asciende a $484.46 (3,723.05 quetzales).

En el resto de departamentos el salario varía entre los $403.02 (3,097.21 quetzales) hasta los $462.02 (3,550.60 quetzales).

En la lista sigue Honduras, en donde el salario mínimo se divide por rubros y cantidad de trabajadores en planilla.

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Honduras dijo que el aumento para 2025 es de un 5.5 % y de un 7 %. El país estableció salarios mínimos que van desde los $348.11 (9,053.43 lempiras) para rubros como el de agricultura, silvicultura, caza y pesca, en empresas de uno a 10 trabajadores, hasta los $693.50 (18,036.19 lempiras) mensuales para establecimientos financieros con más de 151 colaboradores.

En el caso de Panamá, el último aumento data de 2024, cuando se incrementó entre un 4.5 % y un 7 % la remuneración.

Panamá publicó una tabla con la remuneración por hora laborada, por lo que aquellos que trabajen ocho horas al día por un mes recibirán $393.84 ($1.64 por hora) en sectores como el agrícola, específicamente pequeñas empresas. Mientras tanto los tripulantes de cabina de vuelos internacionales deberán recibir al menos $1,188.73 al mes (unos $4.95 por hora).

El salario mínimo mejor pagado es el establecido en Costa Rica, en donde la remuneración se asigna por profesión y por jornadas de ocho horas para algunos trabajadores. En ese país las personas nacionales o extranjeras dedicadas a lavar y encerar carros deben recibir por ley $720.67 mensuales (12,236.95 colones costarricenses por jornada).

Por su parte, el salario mínimo más alto establecido lo reciben secretarias y contadores privados con licenciaturas al rondar los $1,539.34 (784,139.53 colones mensuales).

Tiempos prolongados



La Fundación para la Aplicación del Derecho (Fespad) y la Mesa Permanente por la Justicia Laboral (MPJL) lamentaron en marzo de 2025 que El Salvador tuviera unos de los salarios mínimos más bajos de la región, en ese momento rondando entre los $243.46 y los $365.

Fespad también evidenció que El Salvador es el país de Centroamérica con el plazo más prolongado para revisar el salario mínimo, con un promedio de tres años máximos para que el Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM) ejecute la medida.

Según un comparativo de Fespad, en Nicaragua los ajustes deben ser realizados cada seis meses, mientras que en Honduras, Costa Rica y Guatemala se ejecuta cada año y en Panamá cada dos años.

Pese a lo que dicta la ley, El Salvador tardó cuatro años en que se avalara el actual aumento salarial, pues la última vez que se ajustó la remuneración fue en agosto de 2021.

La semana pasada el Departamento de Economía de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) indicó que la tendencia de retrasar la revisión se estaba volviendo común en el gobierno.