Por cuarto mes consecutivo, El Salvador registró una deflación de un -0.14 % en julio pasado, según la última actualización del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Banco Central de Reserva (BCR).
La economía salvadoreña cayó en inflación negativa en abril pasado, cuando cerró con una tasa de un -0.11 %. Mayo siguió con un -0.21 % y junio con un -0.17 %.
¿Qué significa? La teoría económica explica que una deflación ocurre cuando hay una caída generalizada de los precios en la economía. Aunque parece inofensiva, los expertos advierten que, si se profundiza, puede generar problemas en la economía por un desincentivo en la demanda y menores ingresos en las empresas, que luego se traduce en una reducción de mano de obra.
Seis de las 12 categorías que conforman el IPC cerraron en negativo en julio, con transporte con la mayor tasa de deflación en -2.12 %. Fuentes del sector han explicado que uno de los motivos en la caída de precios se debe a los retrasos en el ingreso de vehículos, sobre todo las unidades usadas desde Estados Unidos, que llevó a que los comerciantes remataran los inventarios.
Alimentos y bebidas no alcohólicas, el rubro más sensible para los salvadoreños, acumula 10 meses en negativo luego de cerrar julio con -1.85 %.
Sin embargo, este indicador no se traduce inmediatamente en un alivio para el bolsillo de los salvadoreños, ya que la canasta básica alimentaria (CBA) acumula tres meses de constantes incrementos hasta ubicarse en $253.05 en junio pasado. Si bien es el valor más alto en 2025, es un 3.4 % más barata que los $262.1 del mismo mes del año pasado.
También la categoría de prendas de vestir y calzado cerró en -0.86 %; muebles y artículos para el hogar de un -0.77 %; recreación y cultura de -.1.14 %; y comunicaciones en -0.44 %.
Cómo le fue al resto de la economía
Después de tres meses de no registrar ninguna variación, el sector de educación registró una inflación de 0.46 % en julio.
También se observó un aceleramiento en la categoría de bebidas alcohólicas y tabaco, al pasar de un 2.97 % a un 3.23 % entre junio y julio, así como en alojamiento, agua y electricidad de un 2.09 % a un 2.38 %.
Salud cerró con una tasa inflacionaria de un 2.15 %, ligeramente por arriba del 2.06 % de junio.
Entretanto, hubo un freno en la inflación del sector de restaurantes y hoteles, ya que en junio mostró una inflación de un 3.29 % y en julio fue de un 2.79 %, al igual que bienes y servicios diversos de un 1.25 % (1.86 %).