El expresidente estadounidense Donald Trump fue proclamado oficialmente la noche del jueves como candidato presidencial del Partido Republicano para las elecciones de noviembre próximo y entre su discurso reinició su retórica incendiaria y agresiva contra la migración, en la que El Salvador fue mencionado.

En concreto, Trump acusó a El Salvador -y a Venezuela- de enviar a sus asesinos a Estados Unidos para resolver sus problemas de seguridad. Lo primero es que los dos países tienen situaciones de seguridad totalmente diferentes. Mientras El Salvador ha desatado una guerra frontal contra las pandillas, el régimen de Nicolás Maduro ha sido un aliado de la banda criminal El Tren de Aragua, causante de muchos delitos transnacionales recientes en toda América Latina y Estados Unidos.

Y aunque Trump parece reconocer los logros de seguridad del gobierno de Nayib Bukele, evidentemente sus críticas muestran ignorancia, desconocimiento, no ve la película completa.

Los números del Servicio de Migración de Estados Unidos demuestran que desde que el plan de seguridad fue implementado -con el régimen de excepción- la migración de indocumentados salvadoreños se ha reducido notablemente. La gente deja de migrar porque la situación de seguridad ha mejorado.

Al contrario de lo que Trump dice, lejos de enviar asesinos a Estados Unidos, El Salvador ha recibido a todos los asesinos deportados desde aquel país, lo ha encarcelado y en muchos casos, les ha dado fuertes condenas penales.

No hay que olvidar que el origen de las pandillas está en Los Ángeles, de manera que la contaminación de esas bandas criminales vino desde allá, no salió de El Salvador.

De manera que no hay ninguna evidencia que El Salvador u otro país centroamericano, esté enviando criminales a Estados Unidos.

El discurso de Trump nos demuestra que su retórica es peligrosa, incendiaria y hasta grosera. Que tendremos una relación difícil y que hay que manejar con mucho cuidado la relación bilateral con ese país, más allá de quién gobierne.

El trabajo del gobierno salvadoreño debe ser seguir trabajando duro por mejorar la seguridad y la economía de todos sus ciudadanos para que no tengan que migrar y enfrentar todos los riesgos que eso significa.