La ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, Celinda Sosa, alertó este jueves ante la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre el riesgo que enfrentan las elecciones generales del próximo 17 de agosto, en coincidencia con el Bicentenario de la independencia del país, debido a la creciente violencia y tensiones políticas.



Durante su intervención en la Asamblea General de la OEA, celebrada en Saint John's, Antigua y Barbuda, Sosa aseguró que Bolivia atraviesa "un momento difícil" a causa de acciones que "ponen en riesgo la celebración pacífica y soberana del proceso electoral".

En las últimas semanas, seguidores del expresidente Evo Morales protagonizaron bloqueos de carreteras por 15 días en un intento por imponer su candidatura presidencial, a pesar de que ya no pertenece al partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Morales está impedido de postularse nuevamente, luego que el Tribunal Constitucional Plurinacional dictaminara que la reelección solo es válida una vez de forma continua.



Durante los operativos de desbloqueo ordenados por el presidente Luis Arce, murieron cuatro policías y dos civiles: uno al manipular un explosivo y otro tras ser linchado por presuntamente colaborar con las autoridades. El Gobierno acusó a Morales de ocho delitos, incluyendo terrorismo e instigación a delinquir.

Sosa advirtió que "esta situación vulnera la estabilidad institucional y el derecho del pueblo boliviano a ejercer el voto libre y directo". Reafirmó el compromiso del Ejecutivo de garantizar unas elecciones pacíficas y pidió el acompañamiento de una misión de observación electoral de la OEA para asegurar "el respeto a la voluntad popular".

La canciller también recordó los sucesos de 2019, cuando Morales renunció tras ser acusado de fraude electoral en unos comicios cuestionados por la OEA, que reportó irregularidades.

En su discurso, Sosa reiteró el "histórico y firme reclamo" de Bolivia por el fin del embargo de Estados Unidos contra Cuba, pidió justicia para Palestina y exigió el respeto a su derecho de vivir en paz. Asimismo, renovó la demanda boliviana por un acceso soberano al océano Pacífico, perdido ante Chile en el siglo XIX, y llamó a buscar una "solución definitiva".