El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) detuvo hasta el 15 de junio a 56,397 inmigrantes como parte de la campaña de deportaciones impulsada por el presidente Donald Trump. Sin embargo, apenas el 28.3 % de los arrestados tenía antecedentes penales, de acuerdo con un informe divulgado este lunes por el centro TRAC de la Universidad de Syracuse, en Nueva York.



La cifra representa un récord desde mayo de 2019, cuando la organización comenzó a publicar estas estadísticas de forma quincenal. Según TRAC, los datos reflejan que mientras aumenta el número de arrestos bajo el Departamento de Seguridad Nacional, disminuye la proporción de inmigrantes con historial delictivo.

El informe revela que el 71.7 % de los detenidos no contaba con antecedentes criminales.



“Eso significa que solo el 28.3 % había sido condenado por algún delito, muchos de ellos menores como infracciones de tráfico, multas por llevar un perro sin correa, pescar sin licencia o conducir con una luz trasera apagada”, precisa TRAC.

Actualmente, los programas de Alternativas a la Detención (ATD) de ICE vigilan a 183,756 personas, entre familias e individuos solteros, según cifras actualizadas al 14 de junio.

TRAC también informó que ha ajustado su criterio para definir qué constituye un antecedente penal. En sus reportes anteriores, cualquier persona con “cargos penales pendientes” era clasificada como criminal. Con la nueva metodología, sólo quienes han sido condenados serán incluidos como tales.

Estos datos contrastan con el discurso oficial del Gobierno, que ha defendido su política migratoria argumentando que está dirigida principalmente a personas peligrosas o con historial criminal comprobado.