El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, presentó un plan para tomar el control de la ciudad de Gaza que implicaría el desplazamiento forzoso de un millón de personas en los próximos meses, pese a la oposición del propio Ejército israelí. La capital de la Franja se ha convertido en refugio para miles de gazatíes que huyeron del norte tras el inicio en mayo de la Operación Carros de Gedeón.

“Muchos prefieren la muerte a la humillación y el tormento constante” de nuevos desplazamientos, dijo a EFE Zaher al Waheidi, trabajador del Ministerio de Sanidad gazatí, quien llegó con su familia desde el norte.

La propuesta, según el analista israelí Ori Goldberg, representa “la primera vez que el Gobierno israelí autoriza de forma oficial y abierta un plan genocida”, y podría servir como prueba en juicios por crímenes de guerra.

De acuerdo con filtraciones a la prensa local, la operación se desarrollaría en fases y comenzaría con la evacuación de la capital antes del 7 de octubre de 2025, fecha que marca dos años del ataque de Hamás contra Israel. El plan contempla ampliar la ayuda humanitaria en coordinación con la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos, que pretende abrir hasta 16 centros de distribución de alimentos, frente a los cuatro actuales.

Organizaciones como Médicos Sin Fronteras alertan que estos puntos, ubicados cerca de zonas controladas por las Fuerzas de Defensa de Israel, se han convertido en “trampas mortales” para los civiles. Tras la toma de la ciudad, Netanyahu propone imponer un gobierno de transición árabe sin representación de Hamás ni de la Autoridad Nacional Palestina, según adelantó en una entrevista con Fox News.

Aunque el gabinete de seguridad aprobó el plan, deja abierta la posibilidad de un acuerdo parcial con Hamás para liberar rehenes y pactar un alto el fuego.

El periodista israelí Amit Segal afirmó que “Gaza será conquistada, pero en cuanto Hamás acepte un acuerdo, la operación se detendrá”.

Para el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, la propuesta “no es un plan para conquistar toda la Franja”, sino una medida para presionar a Hamás a negociar.