Los medicamentos Ozempic, Wegovy y Mounjaro, conocidos como agonistas GLP-1 y ampliamente recetados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, podrían estar relacionados con un leve aumento en el riesgo de sufrir problemas oculares graves, según dos estudios publicados esta semana.

Estos fármacos, que imitan la acción de la hormona GLP-1 para controlar el azúcar en sangre y reducir el apetito, se han popularizado en todo el mundo. Sin embargo, los nuevos análisis advierten sobre la posibilidad de desarrollar neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NAION), una rara condición también conocida como “ictus ocular”, caracterizada por la pérdida súbita y generalmente irreversible de la visión.

De acuerdo con uno de los estudios, realizado en Estados Unidos con 159,000 pacientes, quienes tomaron semaglutida (Ozempic, Wegovy) o tirzepatida (Mounjaro) presentaron un 0.04 % de casos de NAION frente al 0.02 % en el grupo de comparación.

También se identificó un ligero aumento en “otros trastornos del nervio óptico”, aunque los registros médicos no detallaron el tipo específico. En contraste, una segunda investigación no encontró relación directa con NAION, aunque sí un incremento de retinopatía diabética en pacientes tratados con GLP-1.

Los investigadores subrayaron que, a pesar de los riesgos, los pacientes bajo tratamiento con Ozempic, Wegovy y Mounjaro mostraron menos complicaciones visuales graves asociadas a la retinopatía diabética y necesitaron menos intervenciones oftalmológicas en comparación con quienes usaban otros medicamentos.

La Agencia Europea de Medicamentos ya había catalogado en 2024 a la NAION como un efecto secundario “muy raro” de los fármacos GLP-1, estimando una probabilidad de uno en 10,000. Actualmente se desarrolla un ensayo clínico de cinco años con 1,500 pacientes para evaluar los efectos a largo plazo de estas terapias sobre la salud ocular.

Los especialistas recomiendan a las personas con factores de riesgo adicionales —como apnea del sueño, hipertensión o diabetes mal controlada— consultar con su médico antes de iniciar el tratamiento. Asimismo, destacan la importancia de los exámenes oftalmológicos regulares y la notificación a los especialistas sobre el uso de GLP-1, para detectar a tiempo retinopatía diabética o nervios ópticos con mayor predisposición a daño.

Aunque las investigaciones sugieren un riesgo bajo, los expertos insisten en un equilibrio entre los beneficios de estas terapias —pérdida de peso, control glucémico y reducción del riesgo cardiovascular— y sus posibles complicaciones oculares.