El grupo islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, condenó este jueves los planes de las autoridades israelíes para construir miles de nuevas viviendas entre Jerusalén y el asentamiento israelí de Ma’ale Adumim, lo que aislaría Jerusalén Este del resto de Cisjordania ocupada.

"Este plan criminal revela la verdadera cara del Gobierno sionista como un gobierno colonial y ocupador extremista que solo entiende el lenguaje del asesinato, el genocidio, el desplazamiento y la confiscación de tierras", dijo Hamás en un comunicado.

El ultraderechista ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, con amplias competencias sobre los asuntos relacionados con los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada, celebró este jueves la aprobación de los planes, que se espera que se ratifiquen la semana que viene.

"Esta realidad por fin entierra la idea de un Estado palestino, porque no hay nada que reconocer y nadie a quien reconocer", dijo hoy el ministro en una ceremonia para anunciar el plan de viviendas, en declaraciones compartidas por su oficina.

Durante años, las autoridades israelíes han rechazado poner el marcha el proyecto, conocido como E1, por la presión de la comunidad internacional, que teme que la expansión de los asentamientos impida el establecimiento de un Estado palestino contiguo, con Jerusalén Este como capital.

Sin embargo, tras la llegada al poder de Benjamín Netanyahu en 2022 al frente de una inédita coalición con la ultraderecha, los principales defensores de la colonización de los territorios palestinos, el Gobierno israelí ha aprobado un número sin precedentes de nuevos asentamientos y confiscaciones de tierras.

"Este paso es parte del plan de la ocupación (Israel) para anexionar y desplazar a los palestinos y prevenir la posibilidad de establecer un Estado palestino", advirtió hoy Hamás en su comunicado, que pide la intervención de la comunidad internacional para evitar la construcción de las viviendas.

El plan de Smotrich contempla la construcción de más de 3.000 viviendas en la zona e incluye también el desarrollo de una nueva carretera para separar el tráfico palestino del israelí y conectar la localidad cisjordana de Belén con Ramala sin pasar por la ciudad de Jerusalén.