En su nuevo libro titulado 107 Days, la exvicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, reconstruye desde una perspectiva personal e introspectiva los últimos días de su campaña presidencial en 2024, una contienda marcada por la sorpresiva salida de Joe Biden y la eventual victoria del presidente Donald Trump.
El relato arranca el 21 de julio, a 107 días de las elecciones, cuando Biden renunció a la candidatura tras un desastroso debate frente a Trump. Harris revela que fue ella quien lo persuadió para no prolongar más su presencia en la contienda, argumentando que era “la única que podía proteger su legado”.
Aunque el libro no pretende ser una historia definitiva, su tono honesto y directo ha generado amplia atención.
Durante el desarrollo de la campaña, Harris describe tensiones internas, decisiones estratégicas y desafíos emocionales. Su esposo, Doug Emhoff, no habló con ella sobre la noche electoral hasta que ella escribió el libro, una señal del trauma político que vivieron. La autora destaca la presión de continuar con el núcleo del equipo de Biden sin tener tiempo para estructurar una nueva campaña desde cero.
Uno de los momentos más reveladores es su elección del candidato a la vicepresidencia. Consideró inicialmente a Pete Buttigieg como su "socio ideal", pero lo descartó por ser un "riesgo político" al ser un hombre blanco homosexual. Finalmente eligió a Tim Walz, gobernador de Minnesota, con quien sintió una conexión auténtica y un perfil moderado que ayudaba a equilibrar su propuesta.
La exvicepresidenta también comparte ataques personales que recibió de Trump, especialmente dirigidos a su identidad racial. Critica duramente al mandatario por su retórica y asegura que representa “el tipo de depredador” que ella solía combatir como fiscal. También relata una tensa reunión con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien, según Harris, “quería ver a Trump en la silla frente a él, no a mí”.
Harris atribuye su derrota, en parte, al poco tiempo que tuvo para consolidar su candidatura. Mientras Trump aumentó en tres millones sus votos respecto a 2020, Harris perdió seis millones comparado con la fórmula Biden-Harris anterior. A pesar de contar con grandes mítines, financiamiento competitivo y logros legislativos notables, admite que no logró conectar con los votantes indecisos.
“No alcancé a decirles: ¿Qué les enoja? ¿Qué puedo hacer para ayudarles?”, reflexiona.