El salvadoreño Kilmar Ábrego García fue trasladado a un centro de detención de Moshannon Valley, en Philipsburg, Pensilvania, confirmaron sus abogados a medios estadounidenses, este sábado. Hasta agosto, permanecía en el centro de detención de Farmville, en Virginia, lo que le permitía estar más cerca de su familia.

Ábrego residía en Maryland junto a su esposa y sus tres hijos cuando fue arrestado a inicios de año por las autoridades. Previamente había pasado varios meses en el centro de máxima seguridad CECOT en El Salvador, luego de haber sido deportado por un “error administrativo”, a pesar de contar con un beneficio migratorio que le impedía ser expulsado.

Tras una intensa batalla legal, el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo repatrió al país norteamericano, donde fue nuevamente detenido y continúa bajo custodia de las autoridades migratorias.

Washington intenta deportarlo a Esuatini, un pequeño país en el sur de África, después de que Ábrego rechazara ser enviado a Uganda, el primer destino propuesto por la Administración. La Casa Blanca sostiene que se trata de una persona “peligrosa” y con presuntos vínculos con pandillas de origen salvadoreño.

Kilmar Ábrego huyó hace más de una década hacia Estados Unidos tras recibir amenazas de pandillas en El Salvador. Su caso se ha convertido en un símbolo de la lucha por el debido proceso de los inmigrantes, mientras su familia y organizaciones defensoras de derechos humanos exigen su liberación y buscan frenar su deportación.