La jueza federal Barbara Holmes decidió este miércoles mantener bajo custodia a Kilmar Ábrego García, el migrante salvadoreño deportado por error desde Estados Unidos, mientras analiza el riesgo de que sea deportado de forma inmediata si pasa a manos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).



Ábrego enfrenta un proceso judicial en Tennessee por supuestamente haber transportado personas indocumentadas en el país. Su caso fue presentado por el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, poco después de haberlo traído de regreso a territorio estadounidense, tras intensas presiones judiciales para facilitar su retorno.

La jueza Holmes había ordenado su liberación al considerar que no representa un peligro para la sociedad ni existe riesgo de fuga. Sin embargo, advirtió que, una vez excarcelado, probablemente pasaría a custodia de ICE, lo que abre la posibilidad de una deportación acelerada, sin audiencia ante un juez.



Durante la audiencia celebrada este miércoles en Nashville, Holmes extendió su detención mientras evalúa si dicho traslado podría interferir con su derecho al debido proceso en EE.UU.

El Departamento de Justicia alegó que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) es una entidad independiente y no puede garantizar el paradero de Ábrego una vez que cambie de custodia.

Por su parte, los abogados defensores argumentaron que sí existe cooperación entre ICE y el sistema judicial, por lo que solicitaron garantías. La jueza estableció como plazo el jueves al mediodía para que ambas partes entreguen sus argumentos finales.

Vestido con uniforme carcelario rojo y con audífonos de traducción, Ábrego asistió a la audiencia acompañado por su esposa, Jennifer González, quien lo observó desde la primera fila junto a familiares y activistas. La audiencia tenía como objetivo definir las condiciones de su eventual libertad.

El salvadoreño había sido acusado por presunta conspiración para transportar migrantes desde Texas hacia Maryland. Sin embargo, la jueza cuestionó la credibilidad de los testigos cooperantes, señalando que sus declaraciones buscaban beneficios legales a cambio de su colaboración.

El caso ha generado amplia atención entre organizaciones defensoras de derechos humanos y opositores a la política migratoria de Trump, al considerar que Ábrego fue víctima de una “desaparición forzada” tras su deportación a la cárcel de máxima seguridad del CECOT, junto a otros 200 migrantes, en su mayoría venezolanos.

De acuerdo con documentos judiciales, Ábrego había residido en Maryland por más de una década y huyó de El Salvador por amenazas de la pandilla Barrio 18. Su esposa denunció que la detención ha sido el episodio más difícil para su familia.

Esta mañana, en declaraciones a reporteros previas a la audiencia, González transmitió a su esposo un mensaje de "fortaleza" ante lo que ha sido, a su juicio, el periodo más difícil que han atravesado como familia.

"Hemos tenido que defenderlo y luchar por su liberación. Kilmar se ha perdido cumpleaños, graduaciones y días del padre. Hoy se pierde nuestro aniversario de bodas", dijo González.