El ataque de Irán con misiles a Israel ha estremecido a Medio Oriente y desatado temores de una escalada en un conflicto armado que puede traer repercusiones mundiales y alzas del precio del petróleo.

Irán disparó el martes alrededor de 180 misiles contra Israel en represalia, según Teherán, por la muerte de los jefes del Hezbolá libanés y del Hamás palestino en ataques israelíes en el espacio de seis meses.

Resulta que Irán es el financista de los tres grupos terroristas más reconocidos de Medio Oriente en este momento: Hamás, Hezbolá y la milicia huti. Todos son enemigos de Israel y han lanzado ataques al estado judío en diversos momentos recientes.

Irán llama a Hamás, Hezbolá y los hutíes el "eje de la resistencia" y no oculta que los financia y apoya.

Miembros de las brigadas Al Qassam, brazo armado de Hamás. / Europa Press.
Miembros de las brigadas Al Qassam, brazo armado de Hamás. / Europa Press.

Hamás, la chispa que encendió el polvorín

El grupo islamista palestino Hamás desató la presente etapa de conflictos el 7 de octubre de 2023 cuando lanzó un ataque sin precedentes en suelo israelí, que mató a 1.205 personas, en su mayoría civiles.



Hamás además tomó a 251 personas como rehenes ese día, de las cuales 97 continúan retenidas en la Franja de Gaza, entre ellas 33 que el ejército israelí da por muertas.

La ofensiva de Israel en respuesta al ataque mató a más de 41.000 palestinos en la Franja de Gaza, en su mayoría civiles, según el ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
El convulso mapa de Medio Oriente.
El convulso mapa de Medio Oriente.


El grupo Hamás es una organización concebida, principalmente, por el líder religioso (imán) Ahmed Yassin y fundada en 1987 en plena escalada del conflicto palestino-israelí. Surge en contraposición a la Organización para Liberación de Palestina (OLP), hasta entonces la autoridad legítima de los palestinos inspirada en el socialismo y el nacionalismo y liderada por Yasser Arafat. Sus fundadores consideraban que la OLP no estaba logrando defender los intereses del pueblo palestino de forma apropiada y que estaba dejándose ganar terreno por la que consideraban la estrategia de ocupación del territorio palestino por parte de Israel.

La ideología de Hamás combina el nacionalismo y el islamismo político de los Hermanos Musulmanes de Egipto.

La ONU, la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Paraguay, la Organización de Estados Americanos y Egipto mantienen a Hamás en su lista de organizaciones terroristas, aunque Hamás se considera a sí mismo (y lo es también) un movimiento político.

Hamás recibe el respaldo de Irán, que le proporciona financiación, armas y entrenamiento. Sus líderes han agradecido en público a Irán varias veces por su apoyo.

En julio pasado, Israel mató al líder de Hamás, Ismail Haniya, con un ataque en Teherán, la capital iraní, donde se encontraba de visita oficial. El gobierno israelí reconoció la autoría del atentado con un mensaje en la cuenta en Facebook de su oficina de prensa, con una imagen de Haniya con el rótulo "eliminado”.

Combatientes del movimiento chií libanés Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut./AFP
Combatientes del movimiento chií libanés Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut./AFP

Hezbolá, “el partido De Dios”

El segundo grupo, quizás el mejor armado, también financiado por Irán es Hezbolá, con sede en el Líbano y cuyo líder Hassan Nasralá murió el viernes en un ataque Israelí. Hezbolá es un grupo islamista que plantea la posibilidad de introducir elementos del islam en la política, la gestión pública y la organización de la sociedad. Hezbolá sobresale como símbolo político de los chiitas del Líbano. Los chiitas son una de las sectas más importantes del islam y los clérigos que gobiernan Irán pertenece a ella.

Hezbolá es una organización fuertemente armada y empoderada compuesta por múltiples capas. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, Irán proporciona a Hezbolá "la mayor parte" de su financiación, además de entrenamiento, armas y explosivos. También le facilita "ayuda política, diplomática, monetaria y organizativa”.

La naturaleza doble de Hezbolá –el Partido de Dios, en árabe– como organización política y milicia asentada en el Líbano es compleja. Implica una historia intensa de más de 40 años que comienza, aproximadamente, en 1982; una ideología en evolución; cierta base religiosa y unas alianzas, enemistades y objetivos estratégicos entreverados.

Hezbolá surgió de una mezcla hilvanada por la guerra civil libanesa (1975-1990), la Revolución islámica iraní (1978), el impulso de clérigos chiitas, la denominada ocupación israelí de 1982 y las injerencias de Siria en el Líbano.

Por último, en todos estos años ha participado en operaciones militares fuera del Líbano tales como la guerra civil siria, apoyando a Bashar Al-Assad o en atentados terroristas que se le atribuyen en países como Argentina. Por ello, diferentes países occidentales y miembros de la Liga Árabe lo consideran un grupo terrorista.
Seguidores y miembros de los huties durante una protesta en la capital de Yemen, Saná/Europa Press.
Seguidores y miembros de los huties durante una protesta en la capital de Yemen, Saná/Europa Press.

Los hutíes

Los hutíes, también conocidos como Ansar Allah (o “partidarios de Dios”), son un grupo miliciano violento que actualmente ejerce el control de facto de gran parte del norte de Yemen. Formado en la década de 1990, el grupo recibió el nombre de su fundador, Hussein Badreddin al-Houthi, y siguen la rama zaidí del islam chií, que representa el 20-30% de la población de Yemen.

Los líderes del grupo proceden de la tribu Huti, que forma parte de una de las tres principales confederaciones tribales de Yemen: los Hashid, los Madhaj y los Bakil. Los hutíes forman parte de la confederación bakil, el mayor grupo tribal del país.

En la actualidad, los hutíes cuentan con un estimado de 20 000 combatientes. Desde la muerte de al-Houthi, el movimiento está dirigido principalmente por su hermano, Abdul-Malik al-Houthi, quien ha declarado que no dudará en atacar a Estados Unidos y sus aliados.

Desde que comenzó la guerra en Gaza en octubre, los hutíes han intentado sacar provecho del conflicto para profundizar en su perfil internacional y como muestra de un poder que podría hacerles ganar más influencia negociadora. Alegando solidaridad con el pueblo palestino, iniciaron una serie de ataques contra barcos comerciales en el Mar Rojo, cuyo estrecho extremo está dominado por Yemen.

Los servicios de inteligencia occidentales aseguran que Irán suministra armas y recursos financieros a los rebeldes yemeníes.

EE.UU. y Arabia Saudita han acusado que Irán de darle al grupo los misiles balísticos que en 2017 fueron disparados contra la capital saudí, Riad, y los cuales fueron derribados.

Arabia Saudita también culpó a Irán de suministrar a los hutíes los misiles de crucero y los drones que fueron usados para atacar algunas de sus instalaciones petroleras en 2019.

Los hutíes, aliados de Irán -al igual que el movimiento libanés Hezbolá y el grupo palestino Hamás- abrieron un frente contra Israel en "solidaridad" con los palestinos de Gaza. El sábado reivindicaron un disparo de misil hacia el aeropuerto de Tel Aviv.

El ejército israelí bombardeó el domingo puertos y centrales eléctricas en Hodeida, una región del oeste de Yemen bajo control de los rebeldes hutíes, informó la cadena Al Masirah, controlada por los insurgentes. El ejército israelí anunció también que bombardeó posiciones de los rebeldes en Yemen.

Atacan también regularmente a barcos que consideran relacionados con Israel, Estados Unidos o Reino Unido en el mar Rojo y en el golfo de Adén.