Migrantes que soñaban con llegar a Estados Unidos se han visto obligados a regresar hacia el sur del continente tras la llegada del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y las nuevas restricciones migratorias, que los han dejado atrapados en Panamá ante la barrera de la selva del Darién y el elevado costo de cruzar el Caribe.
En Miramar, un pequeño pueblo costero panameño, decenas de migrantes, en su mayoría venezolanos, aguardan una oportunidad para seguir su camino hacia Colombia. Las lanchas privadas hasta la frontera resultan inalcanzables para muchos, con tarifas de hasta $260 por persona.
"Aquí nos frena el mar y el dinero. Si fuera carretera, ya estuviéramos en Colombia. Pero pagar tres pasajes para mí sola y mis hijos es imposible", lamentó Marielbis Eloina Campos, una venezolana de 33 años que viaja sola con sus cuatro hijos menores, tras una semana de espera en Miramar.
Campos partió de Brasil en 2023 y cruzó la peligrosa selva del Darién sola con sus hijos, uno de ellos cargado en la espalda. Tardó seis días en la travesía y relata que uno de los niños casi se ahoga cruzando un río. Pese a los riesgos, logró llegar a Ciudad de México, donde permaneció más de un año esperando una cita de asilo mediante la aplicación CBP-One, pero su cancelación por la administración Trump la forzó a desistir y volver a Brasil.
"México es una tortura para nosotros los migrantes. Temía que secuestraran a mis hijos", confesó Campos, quien pidió ayuda para continuar sin ser perseguida como si las autoridades migratorias fueran "una mafia".
Ante el alto costo de los traslados privados, Panamá organizó un viaje humanitario que trasladó a 109 migrantes de nueve nacionalidades desde Colón hasta la frontera con Colombia en una embarcación oficial del Servicio Nacional Aeronaval (Senan). Se espera otro operativo similar próximamente.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, expresó su preocupación por este flujo inverso: "Me preocupa que va subiendo el número de ciudadanos viniendo de norte-sur", afirmó este mes.
Desde que Trump fue proclamado vencedor de las elecciones en noviembre de 2024, al menos 12,730 migrantes, en su mayoría venezolanos, han cruzado Panamá rumbo al sur. Sin embargo, tras un pico de 3,013 migrantes en abril, la cifra bajó a 2,500 en mayo y a 1,779 en junio.
Otro migrante, Jesús Alfredo Aristigueta, de 32 años, relató que lleva seis años recorriendo el continente. Intentó llegar a Estados Unidos en 2023, pero no consiguió la cita de CBP-One y fue secuestrado en México tras cruzar en balsa desde Guatemala. Logró escapar tras realizar trabajos de limpieza.
Hoy lamenta que las ayudas para migrantes se han reducido. "Ahora que el migrante necesita ese empujón para abajo, no contamos con esas ayudas. Existen protocolos tan complicados que nos dejan a todos a la deriva", aseguró Aristigueta.