La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) lanzó el domingo un llamado urgente a realizar "cambios estructurales, sociales, económicos y políticos" ante la "dolorosa y apremiante" situación que atraviesa la isla, y exhortó a quienes ostentan el poder a "hacer algo por salvar a Cuba" y devolver la esperanza a su población.



En un mensaje titulado "Peregrinos de esperanza", los obispos trazaron un crudo panorama sobre la crisis que afecta a los cubanos, marcada por la incertidumbre, la emigración y la pobreza, e instaron a cambiar el rumbo del país "sin miedo".

"Son muchos los que viven desesperanzados, aprisionados por la incertidumbre y la confusión ante un presente dramático y un futuro que no se acaba de ver con claridad, porque se tiene la impresión de que hemos perdido los resortes, el dinamismo y la voluntad para cambiar las durísimas condiciones de vida del pueblo", señalaron los prelados.



La misiva denunció que la escasez obliga a una búsqueda diaria de lo más básico, mientras los constantes apagones dificultan el descanso, el estudio y el trabajo. Además, destacaron el creciente desmembramiento familiar provocado por la emigración masiva y el desencanto social ante promesas incumplidas.

"Con desesperanza y sin alegría no hay futuro para ningún pueblo", advirtieron los obispos, al referirse a las personas en situación de calle, los ancianos abandonados, quienes padecen adicciones, y aquellos que, sin libertad para expresar sus ideas, se sumen en el resentimiento y la violencia.

Frente a este panorama, la COCC planteó la necesidad de abrir espacios para una transformación real del país. "Es momento de crear un clima, sin presiones ni condicionamientos internos o externos, donde se puedan impulsar los cambios que Cuba necesita", señalaron, dirigiéndose especialmente a quienes tienen "responsabilidades más altas" en la toma de decisiones.

El comunicado se produce tras la reciente visita del secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, quien destacó el rol de la Iglesia católica como promotora del diálogo y los derechos fundamentales. Gallagher reiteró que la Santa Sede apuesta por la construcción de puentes y la comunicación abierta como herramientas para superar los conflictos.