El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este viernes de manera emotiva a su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, con una alfombra roja y un apretón de manos en la pista de aterrizaje de la base aérea de Elmendorf-Richardson, a las afueras de Anchorage (Alaska), donde tendrá lugar un esperado encuentro bilateral en el que el estadounidense espera acordar un alto el fuego en Ucrania.

Trump esperó a que el Il-96 de Putin llegara a la pista, tras ser escoltado por dos F-35, para recibirlo de manera afable a los pies de su avión, al que se le extendió una larga alfombra roja. El mandatario estadounidense lo aplaudió mientras el ruso caminaba a su encuentro.

Trump posó a Putin a los pie del avión flanqueado por cuatro F-22, al tiempo que EFE pudo constatar que varios bombarderos estratégicos avanzados B-2 estaban en las inmediaciones a la vista del presidente ruso, que es buen conocedor del papel estratégico de esta base para contrarrestar la proyección de fuerza rusa.

Tras saludarse, ambos líderes caminaron hasta un podio con el lema “Alaska 2025”, posaron para los medios y ambos se subieron a la ‘Bestia’, el vehículo blindado del presidente de Estados Unidos para iniciar su agenda de trabajo en el Centro de Eventos Arctic Warrior, sede de la cumbre.

Putin, que no visita EE.UU. desde 2015, cuando se reunió con el entonces presidente, Barack Obama, se convierte en el primer mandatario ruso que pisa el estado de Alaska, que durante un siglo fue colonia rusa hasta 1867 y fue clave durante la Guerra Fría para contrarrestar a los soviéticos.

Antes de aterrizar bajo un cielo nublado, el mandatario ruso hizo una escala de varias horas en la región de Magadán, en el Lejano Oriente ruso, para hacer una ofrenda floral a los pilotos soviéticos y estadounidenses que participaron en el traslado de los aviones que EE.UU. suministró a la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, el período de mayor cooperación entre los dos países de la historia reciente.

Putin, que suele llegar tarde a encuentros con otros mandatarios, no se retrasó en su cita con Trump, como adelantó este viernes el Kremlin antes de la salida del mandatario ruso.

Esta es la primera vez que ambos jefes de estado se vuelven a ver desde  su primer cara a cara en 2018. La cita tiene lugar en medio de un clima geopolítico tenso y con la notable ausencia del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

Según confirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en la reunión estarán presentes el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff. Por el lado ruso, asistirán el asesor presidencial Yuri Ushakov y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, en lo que se perfila como una cumbre a tres bandas, en contraste con el formato bilateral inicialmente previsto.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, adelantó que la jornada en Anchorage incluirá entre seis y siete horas de trabajo, debido a la “gran cantidad de eventos programados” para las delegaciones.

Delegaciones de alto nivel

Putin llegó acompañado de Lavrov; el jefe del Fondo Soberano de Rusia, Kirill Dmitriev; el ministro de Defensa, Andrei Belousov; y el ministro de Finanzas, Anton Siluanov. En la delegación estadounidense figuran, además de Trump, sus secretarios de Comercio y Tesoro, Howard Lutnick y Scott Bessent, junto a Marco Rubio.

Este encuentro Trump-Putin en Alaska se produce en un contexto de redefinición de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, con la guerra en Ucrania aún en curso y un clima internacional marcado por tensiones económicas y diplomáticas. La exclusión de Zelenski del encuentro subraya un cambio de dinámica en las conversaciones.

Según confirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en la reunión estarán presentes el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el enviado especial Steve Witkoff. Por el lado ruso, asistirán el asesor presidencial Yuri Ushakov y el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, en lo que se perfila como una cumbre a tres bandas, en contraste con el formato bilateral inicialmente previsto.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, adelantó que la jornada en Anchorage incluirá entre seis y siete horas de trabajo, debido a la “gran cantidad de eventos programados” para las delegaciones.