Ucrania tiene la esperanza de poner fin a la guerra este año, tras una reunión entre el presidente Volodímir Zelenski y Donald Trump en Nueva York la semana pasada, la cual, según el ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, ha proporcionado un nuevo impulso a los esfuerzos diplomáticos para llevar a Rusia a la mesa de negociaciones.
"Queremos poner fin a la guerra este año, y después de la reunión hemos tomado realmente impulso", expresó Sibiga durante un panel en el Foro de Seguridad de Varsovia.
El ministro añadió que los esfuerzos de paz han tomado una "dinámica diplomática adicional" en "la buena dirección", mencionando que Zelenski y Trump discutieron estrategias para lograr que el presidente ruso, Vladímir Putin, acepte una reunión trilateral que facilite un alto el fuego.
"Fue una conversación muy buena. Hay señales positivas de que estamos en la buena dirección y un impulso para acelerar estos esfuerzos", comentó.
Sibiga también enfatizó que la aprobación de nuevas sanciones conjuntas entre Europa y EE.UU., en forma de aranceles y otras medidas restrictivas, sería fundamental para presionar a Putin a negociar.
Tras la reunión, Trump manifestó públicamente que veía posible que Ucrania recuperase todo el territorio perdido desde el inicio de la invasión rusa, señalando la supuesta debilidad de la economía rusa como un factor favorable para una victoria ucraniana.
Además, la Administración Trump anunció la posibilidad de transferir misiles de larga distancia Tomahawk a Ucrania, una opción que no había sido considerada anteriormente.
Estos misiles tienen un alcance de aproximadamente 2,500 kilómetros, en comparación con los misiles ATACAMS de alcance más limitado que actualmente posee Ucrania, que alcanzan unos 300 kilómetros.