El Salvador figura como un país en “zona roja” ante los eventos extremos por su vulnerabilidad climática, según un ranking elaborado por la Columbia Climate School y la Rockefeller Foundation.
El Índice de Vulnerabilidad Financiera Climática (CliF), publicado a finales de junio, identificó a 65 naciones a nivel mundial con mayor riesgo o en zona roja ante la capacidad de respuesta durante un evento, como ciclones, inundaciones, sequías, terremotos, conflictos y otros peligros derivados del cambio climático.
Según la investigación, los países en zona roja representan a más de 2,000 millones de personas que viven en riesgo de un peligro o desastre mayor, cuyos gobiernos tienen cada vez menos acceso a financiamiento para atender emergencias.
De esos países, ocho se encuentran en América Latina con más de 100 millones de personas. Esta lista está integrada por El Salvador, Guatemala, Honduras, Haití, Venezuela, Belice, Bolivia y Ecuador.
“La región de América Latina y el Caribe es vulnerable al cambio climático y requiere una inversión de entre $470 millones y $1,300 millones para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París”, indicó el informe.
Lyana Latorre, vicepresidente para Latinoamérica y el Caribe de The Rockefeller Foundation, señaló que el índice llega en un "momento clave en el que donantes e inversores necesitan ayuda para comprender y priorizar los recursos".
Aumento de vulnerabilidad
Dicha investigación recordó que las crisis climáticas son cada vez más frecuentes e intensas. En el caso de El Salvador, cada año se desarrolla una canícula a finales de julio con el riesgo de convertirse en sequía, como en 2018 cuando duró más de 40 días en algunos puntos del país, pero en las siguientes semanas llueve con intensidad, dejando a personas en albergues y daños en cultivos.Un estudio del Banco Central de Reserva (BCR), de 2022, encontró que un 96.4 % del producto interno bruto (PIB) se genera en zonas altamente susceptibles al cambio climático, mientras que el 95.4 % de la población vive en zonas de riesgo.
Además, identificó que un 38 % del territorio es susceptible a deslizamientos, 10 % a inundaciones y 70 % a sequías meteorológicas (sobre todo en oriente).