Aquel viernes 10 de octubre de 1986, cuando el reloj marcaba las 11:49 de la mañana, un terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter sacudió El Salvador, dejando alrededor de 2,200 muertos, de los cuales más de 500 fueron causados por el colapso del edificio Rubén Darío, y alrededor de 10,000 heridos.
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la energía liberada por el terremoto fue equivalente al 40 % de la bomba atómica de Hiroshima, y en octubre de 1986, se registraron 2,745 sismos, de los cuales 687 fueron perceptibles, y los daños materiales se estimaron en $1.5 millones.
Este jueves, Comandos de Salvamento conmemoró a las víctimas de ese trágico momento, con una ceremonia en el lugar donde antes se encontraba el edificio Rubén Darío, con una ofrenda floral en honor a quienes perdieron la vida.
"Nos informaron a través del 123, en ese tiempo empezaba el 123, vinimos a este lugar a rescatar a mucha gente que en ese momento había quedado atrapada en este edificio, en lo cual fue un trabajo en colaboración a Cruz Roja y Cruz Verde, bomberos salvadoreños y bomberos de Guatemala que después se unieron al esfuerzo, nosotros estamos conmemorando ese día que fue un día bastante trágico para nuestro país", mencionó un veterano de Comandos de Salvamentos que no se identificó.
El edificio Rubén Darío, epicentro de la tragedia en San Salvador, colapsó en apenas 10 segundos durante el sismo, causando la destrucción no solo de este emblemático inmueble, sino también del hotel Gran San Salvador, ubicado en el centro de la capital.
"Estaba afuera y logré ver como el edificio venia desmoronándose, pero como en aquel tiempo, lo común es que pusieran bombas en el edificio, entonces pensamos acá que era una bomba, no que era un terremoto, hasta eso de las cuatro de la tarde que empezaron venir ayuda nos dimos cuenta que era un terremoto; en ese momento, mis hermanos estaban adentro del negocio e intentamos rescatarlos, pero lamentablemente cuatro de ellos murieron", expresó con tristeza Israel Monterrosa, quien perdió a sus familiares.
A su vez, personal de Comandos de Salvamento reconocieron y recordaron la labor documentando la tragedia al fotógrafo Guillermo Solano, conocido como "Piocha”, Sus imágenes capturaron el dolor y la devastación que dejó el terremoto, convirtiéndose en un legado visual significativo.
Aquel terremoto del 10 de octubre de 1986 marcó a los salvadoreños para prepararse para futuros eventos, en cuanto a rescate y prevención; aún así, El Salvador fue sacudido y estremecido por dos tragedias más 15 años después, con los terremotos de enero y febrero del 2001, que también dejaron centenares de fallecidos, damnificados, desaparecidos y heridos.