Hace 50 años ocurrió de la masacre estudiantil del 30 de julio de 1975 donde un número, aún indeterminado de estudiantes y trabajadores organizados de la Universidad de El Salvador (UES), fueron masacrados por militares durante la marcha, contra el gobierno del entonces presidente coronel Arturo Armando Molina. A la fecha aún se busca identificar con nombres y apellidos a las víctimas de ese hecho.

El ataque sucedió en horas de la tarde el 30 de julio de 1975 en la 25 avenida Norte, cerca del hospital general del Instituto Salvadoreño del Seguro Social y del hospital Rosales, donde tanquetas del Ejército habrían acorralado la manifestación.

La protesta se gestó porque cinco días antes, un desfile bufo del Centro Universitario de Occidente fue reprimido por el ejército. Ese día, los universitarios pedían respeto al coronel Molina, que ganó las elecciones de 1972.

El “desfile bufo” fue suspendido por órdenes militares, y la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (Ageus) solicitaba una interpelación contra el Ministro de Defensa y Seguridad Pública, tras la intervención militar del 25 de julio en la sede de occidente.



El 30 de julio de 1975 estudiantes de la UES realizaron la manifestación para protestar por las medidas que adoptó el gobierno, dejando heridos, fallecidos y desaparecidos, donde se logró identificar solo a José María López, estudiante de Medicina de la UES, la universidad fue cerrada desde el 31 de julio a mediodía.

Esta matanza no fue un hecho aislado, el 5 de julio de 1975 el presidente de esa época, Arturo Armando Molina, prometió parar “el terrorismo” en el país.

El ataque sucedió en horas de la tarde el 31 de julio de 1975 en la 25 avenida Norte, cerca del ISSS y del hospital Rosales./ Archivo DEM


Ese día el presidente explicó que analizaban medidas para reprimir “la violencia, los secuestros, los asaltos” y toda clase de hechos que acontecían en esa época.

El 9 de julio Molina anunció que se descartaba un estado de sitio en el país, sin embargo el presidente expresó a un periodista internacional que se tenían “tomadas medidas concretas de seguridad para eliminar todas las olas de violencia”.

Mientras todo esto ocurría, en el país se gestaba el concurso de Miss Universo, por primera vez realizado en suelo salvadoreño, avalado y apoyado por el gobierno.

Hasta el año 2022, se habían identificado 17 personas que fueron masacradas y otras 38 personas desaparecidas. Así mismo, contabilizan 19 personas que resultaron heridas.

Como medida de reparación, la UES ha entregado títulos póstumos a estudiantes universitarios que fallecieron en la escena represiva, que fueron identificados porque tras la masacre hubo un levantamiento de cadáver por las autoridades de ese entonces.