Las personas que no saben leer y escribir en El Salvador aumentaron en un 0.25 % durante el año 2024, respecto al año 2023, reveló la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples publicada esta semana por el Banco Central de Reserva, luego que la tasa de analfabetismo pasara de 9.3 (2023) a 9.55 al año pasado.
Con un cálculo de población de 5,864,001, la encuesta indica que en 2024 al menos 627,616 salvadoreños eran analfabetos, un incremento respecto al año 2023 cuando totalizaban 503,101 personas en el país que no sabían leer ni escribir.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (Unesco) define el analfabetismo como la situación de una persona que no posee las habilidades para leer, escribir y comprender una frase simple y corta. La Unesco también agrega que se considera analfabeta a una persona mayor de los 10 años.
Según los datos que proporciona la encuesta, el grupo etario que agrupa mayor cantidad de personas analfabetas es a partir de los 34 años en adelante (no especifica solo el grupo etario de los adultos mayores) el cual suma 474,401.
Más mujeres
Los datos indican que el analfabetismo aún afecta más a las mujeres que a los hombres, ya que 370,079 mujeres no saben leer ni escribir mientras que 257,537 están en la misma condición.
De igual manera, son las mujeres adultas quienes agrupan la mayor cantidad que no saben leer y escribir, sumando 304,729.
Las tablas de la EHPM que publica el BCR el pasado 30 de septiembre no completa datos por departamento ni tampoco por zonas. La encuesta para el año 2023 indicaba que Morazán era el departamento donde está la mayor cantidad de población arriba de los 10 años analfabeta, seguido de La Unión, Usulután, Cabañas y Chalatenango en un top 5. El departamento con menos analfabetismo es San Salvador.
Hasta el momento, el Gobierno no ha lanzado ninguna acción directamente para combatir el analfabetismo en la población adulta. En los últimos años, el Ministerio de Educación ha enfocado sus esfuerzos en la entrega de computadoras y tablets a los estudiantes, así como en la reforma educativa que busca reconstruir las escuelas dañadas en el país. Otra arista del Ministerio es el cambio de la currícula.
Sin embargo, extraoficialmente se conoce que el Ministerio de Educación contempla una área pequeña para apoyar programas de alfabetismo que son ejecutados por terceros, especialmente, por organizaciones e iglesias, como es el caso de Agencia Adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en El Salvador, que ejecuta alrededor de 130 círculos de alfabetización en todo el país.