El reciente incremento del 12 % al salario mínimo en El Salvador, vigente a partir del 1 de junio de 2025, constituye una oportunidad para fortalecer el bienestar de los trabajadores y, al mismo tiempo, revisar de manera estratégica los procesos internos de las empresas. Este ajuste, enfocado en mejorar los ingresos de quienes perciben el salario base, conlleva también una serie de aspectos legales, fiscales y organizacionales que los empleadores pueden gestionar proactivamente para adaptarse de forma efectiva y sostenible.
Revisión obligatoria del salario mínimo
El artículo 159 del Código de Trabajo establece que el salario mínimo debe ser revisado, como mínimo, cada tres años por el Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM), órgano tripartito conformado por representantes del sector empleador, trabajador y gobierno.
En este marco, el ajuste aprobado eleva el salario mínimo mensual a $408.80 en los sectores de industria, comercio y servicios, y a $402.32 en el sector maquila textil. Estos nuevos montos buscan contribuir a la protección del poder adquisitivo de los trabajadores frente a variaciones en el costo de vida. Para las empresas, especialmente aquellas con estructuras salariales ajustadas o con un alto volumen de colaboradores que devengan el salario mínimo o montos cercanos, esto implica realizar una revisión detallada de su planificación financiera y operativa.
Efecto escalonado en salarios superiores
Aunque la normativa no exige aumentar automáticamente los salarios por encima del mínimo, muchas organizaciones consideran ajustes escalonados en sus escalas internas como parte de una estrategia de equidad y gestión del talento humano. Si no se revisan adecuadamente los sueldos de quienes anteriormente ganaban ligeramente más que el mínimo, podría generarse cierto grado de desmotivación o rotación de personal.
En ese sentido, el aumento al salario mínimo puede tener un efecto en cadena dentro de la escala salarial, por lo que se recomienda analizar la estructura de sueldos de forma integral, velando por la consistencia y la competitividad del modelo retributivo.
Implicaciones legales y fiscales
El aumento del salario mínimo también tiene repercusiones en distintos ámbitos:
Prestaciones laborales: El nuevo salario sirve como base para calcular beneficios como vacaciones, aguinaldos y asuetos, lo que conlleva un ajuste en los costos laborales.
Indemnizaciones: La ley establece topes para ciertos pagos por terminación de contrato basados en múltiplos del salario mínimo, por lo que el nuevo monto incide en estas obligaciones.
Cotizaciones a la seguridad social y AFP: Las contribuciones patronales al ISSS y a las AFP también se calculan en función del salario, y, en consecuencia, experimentan un ajuste.
Sanciones administrativas: Algunas multas laborales están asociadas al salario mínimo diario, por lo que su actualización también modifica el monto de las sanciones.
Recomendaciones para las empresas
Frente a este nuevo escenario, es recomendable que los empleadores adopten un enfoque proactivo. Algunas medidas que pueden ser de utilidad incluyen:
Evaluar la estructura salarial en su totalidad, considerando no sólo los salarios mínimos, sino también los niveles medios e intermedios, con el fin de asegurar coherencia interna y sostenibilidad.
Ajustar presupuestos y proyecciones financieras, tomando en cuenta el impacto de las nuevas condiciones laborales en los costos operativos.
Capacitar al equipo de Recursos Humanos y al personal administrativo sobre los cambios normativos, para garantizar una correcta implementación y minimizar riesgos legales.
Fortalecer la comunicación interna, explicando con claridad los alcances del ajuste salarial, para mantener un clima organizacional positivo y colaborativo.
Reflejar en las planillas el nuevo salario mínimo, asegurando el cumplimiento conforme al decreto publicado, lo cual contribuye a evitar observaciones en eventuales inspecciones laborales.
El incremento al salario mínimo tiene un efecto que trasciende el beneficio directo a los trabajadores que reciben el salario base. Su importancia se extiende a distintos niveles de la estructura organizacional, costos de operación y las obligaciones legales de las empresas.
Por ello, es clave que los empleadores adopten un enfoque estratégico y alineado con la normativa vigente, para afrontar estos cambios con responsabilidad y sostenibilidad.
• Jaime Solís es experto en Derecho Laboral BDS Asesores