Bayardo Arce Castaño, uno de los nueve llamados ‘comandantes de la revolución’ del período 1979-1990 en Nicaragua, contra todo pronóstico, ha caído en desgracia y ha sido capturado. Esto debe leerse con cuidado porque expresa mucho más que la simple retención policial de Arce Castaño.
Sin duda que el exdirigente de la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), por un poco más de una década y el ‘empresario’ Bayardo Arce Castaño actual solo guardan algunos parecidos.
Humberto Ortega Saavedra murió el 30 de septiembre de 2024 bajo custodia policial, después de haber intentado llamar la atención pública acerca de las características del actual gobierno de Nicaragua y su rumbo. Quien no entendió que es imposible cuestionar nada en Nicaragua trátese de quien sea, la suerte corrida por Humberto Ortega es un mensaje muy claro.
¿Fue una acción dramática y desesperada del exjefe del Ejército de Nicaragua buscando incidencia política? Sí, lo fue.
¿La reacción del gobierno de Nicaragua, en la persona de Daniel Ortega, fue excesiva? Sí, también lo fue. ¿Desesperada? Más bien temerosa de que un ‘símbolo’ pusiera en marcha voluntades disidentes.
Es que Bayardo Arce Castaño después de su cómoda posición de pasajero sin ruido en el tren de Daniel Ortega, ¿se había tirado a la conspiración política? En absoluto. Es un pragmático, y lleva muchos años dando cátedra de eso. Su caída obedece a un simple cálculo de posibles riesgos.
La situación en Nicaragua ha llegado a un punto en el que hasta el zumbido de las moscas es sospechoso. Y es lógico, no hay puentes de interlocución con nadie. Quienes tienen el control del Estado están considerando que se aproxima el relevo de Daniel Ortega y hay que limpiar la mesa.
Daniel Ortega en noviembre cumplirá 80 años, o sea, ya está bien grande, pero no parece darse cuenta de que la pita ya se le acabó.
El 19 de julio de 2025, en el acto de celebración de un ya lejano 19 de julio de 1979, Daniel Ortega, otrora vigoroso y agresivo, se vio que ya es trompo calaceado. Su andar titubeante y arrastrando los pies y su expresión facial un tanto hinchada y su discurso errático sugieren que está pateando la raya. Pero como en esa aventura política de alto riesgo en la que se embarcó desde 2007 (cuando regresó a gobernar) no ha estado solo, en su círculo más cercano ya es claro que el relevo se aproxima.
En tiempos del último Somoza, este había pensado que el ‘Chigüín’ (uno de sus hijos) lo relevaría. Lo había preparado para eso. Pero el deterioro político-militar del régimen desde enero de 1978 (cuando fue asesinado el director-propietario de La Prensa, Pedro Joaquín Chamarro, veterano dirigente anti-somocista) activó un proceso insurreccional indetenible, y no permitió que aquella sucesión pudiera plantearse.
Por eso la consorte de Daniel Ortega, Rosario Murillo, que se ha autoproclamado su sucesora, ha comenzado a dar los pasos que le permitan tener el control total, igual que ahora todavía lo tiene Daniel Ortega.
Sin embargo, ‘la Chayo’, como algunos le dicen a la señora, quizá no tiene clara la película. O quizá sí la tiene clara y por eso está moviendo piezas del tablero. Sabe, lo huele, lo ve, lo percibe (¿la ouija se lo ha dicho?), que sin Daniel Ortega al frente las cosas serán muy difíciles.
El FSLN aún existe, fragmentado, desdibujado, deslegitimado y todo, pero está ahí, y frente a un relevo, se agitará de algún modo. Tampoco pueden esperarse sorpresas.
Donde sí habrá reacciones, y pueden ser decisivas, es en el Ejército, que es la fuente de poder hoy por hoy en Nicaragua. De ahí la captura, el 14 de mayo de 2025, de Álvaro Baltodano (general de brigada en retiro), desde siempre persona de confianza de Daniel Ortega. Es decir, es previsible que una recomposición del núcleo duro de poder de Nicaragua esté ya en marcha y que varias cabezas han comenzado a rodar.
Faltan más nombres, unos serán simbólicos, como lo que ocurre desde marzo de 2025 con la casa por cárcel para Henry Ruiz, otro de los ex nueve ‘comandantes de la revolución’. Víctor Tirado López al parecer sigue allí en Nicaragua, pero con capacidades cognitivas muy disminuidas y ya no representa peligro (pero tuvo después de 2007 expresiones fuertes contra Daniel Ortega). Luis Carrión, otro de los nueve, se exilió en 2021. Solo de Jaime Wheelock Román, otro que fue de los nueve, no se dice nada.
En Nicaragua ha comenzado a hacer frío, mucho frío!
Jaime Barba. REGIÓN Centro de Investigaciones