El 5 y 6 de octubre, el Parque Cuscatlán fue sede de la Feria de Literatura Infantil y Juvenil Salvadoreña (FELIJSAL) dedicada al escritor Mario Noel Rodríguez. Esta celebración literaria demostró cómo los parques urbanos pueden, más que ser espacios recreativos, convertirse en centros de convergencia para públicos de todas las edades, intereses y necesidades.
La feria, organizada por la Editorial Barrilete, contó con el apoyo de la Embajada de México, el Centro Cultural de España, Glasswing International, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la alianza entre la Fundación Parque Cuscatlán (FUNDAPARC) y la Alcaldía de San Salvador Centro que, desde hace 5 años, gestiona este espacio verde en el corazón de la ciudad.
La feria reunió a escritores, ilustradores y lectores jóvenes y ofreció desde talleres creativos hasta cuentacuentos, danzas tradicionales, teatro y firmas de libros. El evento promovió la lectura entre los más pequeños, brindando una experiencia lúdica y educativa al aire libre. Esto, sin duda, refuerza la idea de que los parques pueden servir como centros comunitarios donde el acceso a la cultura y el conocimiento es posible, mientras se fomenta el bienestar físico y mental de los participantes.
El Parque Cuscatlán es un ejemplo claro de cómo un espacio público puede adaptarse para satisfacer las necesidades de una comunidad diversa. La realización de la FELIJSAL refleja una visión más amplia sobre el rol que los parques pueden desempeñar en la vida urbana. Los parques pueden ofrecer múltiples servicios que impactan a diferentes públicos de manera significativa, siempre y cuando el espacio se gestione para asegurar su limpieza, seguridad, accesibilidad y activación.
El éxito de la feria también pone de manifiesto la versatilidad de los parques. Mientras que en un día ordinario el parque podría estar lleno de corredores, ciclistas o personas disfrutando de un picnic, en esta ocasión el parque se transformó en un centro para dar a conocer la literatura nacional. Los niños, en particular, encontraron en este espacio una conexión con la naturaleza y la posibilidad de descubrir un mundo nuevo con la lectura. De esta manera, el Parque Cuscatlán demostró ser un lugar donde el ocio, la educación y la recreación pueden coexistir armoniosamente.
Uno de los aspectos más destacables de la FELIJSAL fue la capacidad de atraer a personas de todas las edades. Si bien la feria se centró en los libros infantiles y juveniles, las actividades estaban diseñadas para involucrar tanto a niños como a adultos. Esto enfatiza el poder de los parques para servir como espacios intergeneracionales donde diferentes grupos pueden interactuar, aprender y disfrutar en colectivo.
Las familias que asistieron a la feria pudieron disfrutar de un día al aire libre, rodeados de naturaleza y con acceso a una programación cultural de alta calidad. Para los niños, fue una oportunidad de interactuar con autores, descubrir nuevos libros y desarrollar un amor por la lectura desde temprana edad. Para los adultos, fue un recordatorio del valor de la literatura y la importancia de fomentar la lectura en las nuevas generaciones. Esta confluencia de intereses y edades refuerza el papel del parque como un espacio inclusivo y adaptable.
El impacto positivo de la FELIJSAL no solo radica en su éxito como evento literario, sino también en la manera en que utilizó el espacio del parque para fomentar una conexión más profunda entre la comunidad y su entorno y destacó la importancia de los espacios públicos multifuncionales. Este evento que celebró la literatura, fue también un ejemplo de cómo los parques pueden convertirse en lugares de encuentro cultural, educativo y recreativo. En un solo espacio, se logró impactar a niños, jóvenes y adultos, demostrando que los parques pueden convertirse en centros para el disfrute de la vida comunitaria y social.