El documento, titulado “Diagnóstico situacional para la conservación y revitalización de los destinos turísticos de El Salvador” -elaborado en abril pero divulgado este mes-, indica que en 1973 la población en la zona urbana rondaba los 1.58 millones de habitantes, la cifra se disparó en los últimos años y alcanzó los 4.73 millones al cierre de 2023.
La retrospectiva planteada por el Mitur evidencia que la tendencia fue diferente en la población rural, tras una contracción de un 30 % al bajar de 2.31 millones a 1.64 millones durante ese período.
El diagnóstico revela que, para 2022, casi nueve de cada 10 personas vivían en asentamientos urbanos en El Salvador.
El departamento de San Salvador posee un 90 % de la población urbanizada, según el documento, mientras que en Santa Ana, Sonsonate, La Libertad, la Paz y Usulután supera un 50 % de sus habitantes.
Según el gobierno, los departamentos de Cabañas, Ahuachapán, La Libertad, Usulután, La Paz, Sonsonate y San Vicente son los que poseen un porcentaje de crecimiento mayor en la zona urbana y un desplazamiento de la población rural.
Una investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló en 2021 que las personas tienden a migrar de lo rural hacia las ciudades por motivos forzados u otras causas ligadas al desarrollo productivo y económico para sus familias, impulsados en algunas ocasiones por la diferencia salarial.
El bono demográfico
El Mitur señala que la población de 19 a 35 años será la más relevante en El Salvador hacia 2027. En 2023, este grupo representó un 31 % de la población salvadoreña.Por su parte, los menores de 18 años, que representan un 32 % de la población, perderán el primer lugar para 2027.
La proyección, retomada del Fondo de Población de las Naciones Unidas El Salvador (UNFPA), apunta a que la población de 36 a 59 años abarca un 25.2 % y los mayores de 60 años ronda un 25.2 %. Este último grupo seguirá aumentando en los próximos años.
Turismo recuerda la reiteración del UNPFA por aprovechar el bono demográfico en El Salvador hacia 2030, un grupo constituido por la masa en edad productiva.
La apuesta por incorporar al bono permitirá que la población participe en el mercado por más tiempo de forma “ininterrumpida”, así como la dinamización de la economía.