Hoy se celebra el Día Mundial de la Agricultura, un homenaje a aquellas personas que dedican su vida al cultivo de la tierra con la finalidad de producir alimentos de la máxima calidad para el consumo de una sociedad creciente.
La agricultura -o el agro como le llamamos coloquialmente en el país- es un oficio cargado de esperanza y hasta cierto romanticismo para aquellos que trabajan en él, pero desde la década de los 80 en franco declive.
Desde el fin de la guerra, El Salvador empezó a importar masivamente alimentos y también mucha población rural empezó a migrar hacia Estados Unidos, reduciéndose la cantidad de personas que se dedican a la agricultura. Por eso hoy la propia ocupación agrícola actual es inferior a la registrada en décadas anteriores y evidentemente, también la producción, por eso es que, en parte, los precios de los alimentos se ha ido incrementando progresivamente.
Hoy dependemos de los granos básicos desde Nicaragua y Honduras, de los vegetales y frutas guatemaltecas. Pero toda nación próspera pasa por la agricultura y la producción de sus alimentos.
La agricultura es esencial para garantizar la autosuficiencia alimentaria y por eso es necesario dar incentivos como los fertilizantes y semillas a los agricultores, así como fomentar proyectos como los de los agromercados, claves para conectar a productores y consumidores, reduciendo el papel de los intermediarios que suelen llevarse el mayor porcentaje del negocio.
Este día de la Agricultura es importante para que el país, el gobierno y la sociedad reflexionen sobre el importante aporte de este sector a la sociedad y como reactivarlo para provecho de todos.