El anuncio del Fondo Monetario Internacional sobre avances y acuerdos preliminares con el gobierno salvadoreño constituye una buena noticia para el país y una hoja de ruta para lograr el tan ansiado acuerdo definitivo que encamine al país a un ordenamiento y un alivio fiscal.
Los primeros pasos son sumamente positivos porque buscan fortalecer las finanzas del Estado y las reservas bancarias, así como “entendimientos preliminares" sobre gobernanza, transparencia y clima de inversión.
El FMI informó que alcanzaron “acuerdos preliminares para mejorar el saldo primario” –ingresos menos gastos, excluyendo pago de intereses– en aproximadamente 3.5 % del Producto Interno Bruto (PIB) durante tres años, con el fin de lograr una “deuda pública en una senda sostenible”. Con esto, el Fondo busca que se aplique un conjunto de medidas que incluyan la racionalización del gasto en salarios públicos, con espacio para "gastos sociales y de infraestructura críticos”.
Además, se ha avanzado en un plan para fortalecer reservas bancarias, de manera consistente con el crédito y el crecimiento del sector privado, reduciendo la dependencia del gobierno del financiamiento interno y "el posible apoyo de parte del gobierno, el Fondo y otros bancos multilaterales de desarrollo".
Otro aspecto positivo es que el Fondo dice que "las autoridades" de El Salvador "están muy avanzadas en la preparación de propuestas legislativas para abordar la corrupción, las vulnerabilidades del lavado de dinero y las debilidades del sector, marcos legales de adquisiciones.
Todos estos puntos nos ponen por buen camino y esperemos que la ruta continúe avanzando hasta conseguir las metas que nos logren sanar los problemas fiscales que ha sufrido el país las últimas décadas.