Pérez, de 51 años y quien contaba con medidas de protección cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), fue baleado luego de oficiar una misa en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en un hecho que desató múltiples condenas.
"Mi reconocimiento a las autoridades de Procuración de Justicia, quienes me han informado que ha sido detenido el autor material de la muerte del Padre Marcelo", señaló el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, en la red social X.
Escandón no ofreció en lo inmediato detalles sobre la captura, anunciada el mismo día en que cientos de personas acompañaban las exequias del religioso en la localidad de San Andrés Larráinzar, de donde era originario.
Por su parte, la Fiscalía local reportó en un comunicado que el presunto responsable fue identificado como Édgar "N".
El martes temprano, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que la Fiscalía General de la República asumió las indagatorias por el homicidio.
Este hecho generó el rechazo de la Iglesia católica, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y varias oenegés, que exigieron dar con los responsables y acabar con la violencia que asola Chiapas.
"Sacerdote de los pobres"
Manifestando indignación y exigiendo justicia, cientos de personas acompañaron este martes el funeral del religioso. "¡Viva el Padre Marcelo, sacerdote de los pobres!", gritaron sus fieles.Grupos de música tradicional tomaron parte en la ceremonia, en la que el obispo emérito, Raúl Vera, exaltó la labor del sacerdote en favor de los pueblos originarios de Chiapas.
"Denunciaba injusticias que viven los pobres, los abusos, los desórdenes sociales que causan daño", dijo el prelado.
Originario de la etnia maya tzotzil, Pérez había recibido amenazas presuntamente por sus denuncias contra la venta de drogas y la violencia que sacude a Chiapas, escenario de una lucha entre grupos del crimen organizado, dedicados también a la extorsión y el tráfico de personas migrantes.
Violencia narco
El crimen del sacerdote se suma a la lista de nueve religiosos que han sido asesinados en México en los últimos cinco años, según cifras de la Iglesia católica.El lunes, la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, a la que estaba adscrito Pérez, exigió que cese la "criminalización" de sacerdotes y misioneros.
En una declaración dirigida al gobierno y a la sociedad civil, la Diócesis demandó el esclarecimiento del crimen y un alto total a la "violencia desbordada" en Chiapas.
Ese estado, fronterizo con Guatemala, se ha visto sacudido por pugnas entre cárteles del narcotráfico dedicados también a la extorsión y al tráfico de migrantes.
Este martes, la presidenta Sheinbaum aseguró que su gobierno está trabajando con el gobierno local para frenar la escalada violenta.