El gran duque Enrique de Luxemburgo, jefe de Estado de esta pequeña monarquía de la Unión Europea (UE), cedió este martes una parte de sus poderes a su primogénito Guillermo, el príncipe heredero, antes de su próxima entronización.
En octubre de 2025, el gran duque, de 69 años y casado con la cubana María Teresa Mestre, cumplirá un cuarto de siglo al frente de Luxemburgo. En junio anunció su intención de ceder las riendas en un futuro próximo.
El martes, un decreto firmado conjuntamente con el primer ministro Luc Frieden confirió al príncipe Guillermo el estatuto de "Teniente Representante", un paso decisivo antes de su próximo acceso al trono.
A continuación, el príncipe heredero, de 42 años, prestó juramento ante el Parlamento luxemburgués, abriendo oficialmente un periodo de transición. Guillermo dio a entender que este periodo durará entre uno y dos años.
"Es un momento clave en la historia de Luxemburgo", subrayó el presidente de la cámara de diputados, Claude Wiseler.
Guillermo prometió "defender en todo momento los valores fundamentales consagrados en la Constitución", al tiempo que dio la bienvenida a "una nueva etapa en (su) vida personal" como padre casado de dos hijos pequeños.
A la cabeza de un país de unos 660.000 habitantes, de los cuales casi la mitad son extranjeros, el gran duque seguirá asumiendo las principales funciones representativas de su país, enclavado entre Bélgica, Alemania y Francia, en los grandes acontecimientos.
El "Teniente-Representante" se encargará de momento de tareas más administrativas, como acreditar a los embajadores y firmar la legislación.