Conversamos con Diego Figueroa, director de la Escuela de Cine y Arte Audiovisual (Escine) y fundador de la productora Patechucho Films, quien nos compartió detalles importantes de su pasión por el cine.

Además, recordó la convocatoria para el 5° Festival de Cortos, que culminará el 5 de diciembre con la premiación a los mejores trabajos.

¿Cómo llegó el cine a tu vida?

He sido muy afortunado y privilegiado porque crecí en una casa productora Meridiano 89, que ha marcado la historia reciente del cine en el país. Yo comencé gracias a mi padre Carlos Figueroa, productor y fundador de esta productora. Él conocía a todos esos referentes del cine nacional que tenemos, una generación joven que quería crear y tenían sueños para hacer cine en el país; entre ellos, yo era un niño que andaba jalando cables y metiéndome entre las cámaras.

Así fue que nació mi interés y mi amor por el cine. Luego, se crearon varias películas de las que tuve la fortuna de ser parte de manera directa o indirecta, así se me despertó el amor y la fascinación por el cine.

¿Cómo surge la idea de fundar tu productora Patechucho Films?

Creé mi propio productora llamada "Pata de Chucho" junto a Maya Molina, mi madre Tirsa Ruballo, quien ya falleció; mi hermano Imanol Neira y otras personas, hace seis años.

Hicimos nuestros propios proyectos pero pasando los años, como siempre hemos estado involucrados en el cine y la publicidad del país, unos aliados muy importantes para nosotros (Argos Media Group de México) nos incentivaron a crear una escuela, nos dijeron “ustedes tienen todo el historial, todo el potencial, todo el conocimiento aquí en el país”. Fue justamente por la necesidad que vimos en el país, de la formación de talento a nivel teórico, porque empíricamente tenemos mucho talento formado, pero formalmente en educación nos hacía falta un poco.

Fundamos la primera escuela de cine y en un inicio la escuela permaneció abierta un par de meses, antes de la pandemia. Después, empezamos a dar talleres de todas las áreas cinematográficas, trayendo talento internacional de México, España, Estados Unidos o Sudamérica, que estaban muy interesados en venir a compartir a las nuevas generaciones del país.

¿Cómo surge el Festival de Cortos?

El primer Festival de Cortos grabados con celular nace hace cinco años. Durante la pandemia, tratando de reinventarnos como todo el mundo, pensamos en cómo podíamos acceder y llegar a todo estos jóvenes; te soy honesto, no esperábamos tantos cortos. Al inicio, en este primer festival pensamos que iban a llegar 75 como máximo y fueron más de 300. Eso cambió totalmente el panorama, aparte de entender que hay una necesidad completa de los jóvenes por querer contar sus historias, también es un radar fenomenal para descubrir que chavos y chavas tiene el talento y a lo mejor ni ellos saben que lo tienen.

A la hora que ellos se ponen a crear, se dan cuenta de todo el potencial. Para nosotros esa es una de las cosas más lindas, poder descubrir todo ese talento que está ahí escondido o que ya se está descubriendo en El Salvador.

Algo a destacar: el celular como herramienta para crear cine...

Exacto, para nosotros el celular es un arma democratizadora del cine, donde hace accesible que cualquiera que tenga una cámara en su celular, pueda contar una historia. Al final, para nosotros lo más importante en el cine es poder contar una historia, independientemente con qué medio se haga, lo importante es transmitir y contar historias.

¿Grabar cine desde un teléfono amenaza el cine tradicional?

Al final no es una amenaza porque es inevitable. Las cámaras profesionales de cine se han vuelto más baratas, al igual que los teléfonos de alta gama, por la misma competencia. Al final yo creo que justamente es un potenciador de poder crear audiovisuales y como el cine históricamente ha sido muy elitista y es carísimo poder producirlo: tener todos los lentes, tener todas las cámaras de alta gama, es tanto de dinero que es casi imposible pensar en crear una película a no ser que te endeudes o que alguien lo patrocine.

Entonces, justamente por esas razones es que nosotros vimos el celular como una puerta de acceso genial y de acortar la brecha tecnológica para los creadores. Es todo lo contrario a una amenaza, es algo que al final puede potenciar y llevar a lugares increíbles. Varios de los creadores y ganadores de algunos de los cortos se han ido a otros festivales y han ganado primeros lugares en Argentina, España, Estados Unidos, abriendo puertas a que los jóvenes puedan estar becados en otros países o de repente les ofrezcan trabajo en otras productoras.
Triza Ruballo, madre de Diego, sigue representando un pilar fundamental en el crecimiento personal y profesional del joven entusiasta.
Triza Ruballo, madre de Diego, sigue representando un pilar fundamental en el crecimiento personal y profesional del joven entusiasta.

A menudo se habla de producción audiovisual y cine ¿cuál es la diferencia?

La producción audiovisual incluye varios medios: incluye el cine porque es el audio mezclado con lo visual. La producción audiovisual puede ser publicidad, cine documental, etc., pero cada uno tiene sus propios lenguajes; es la forma de contar lo que va cambiando, y por eso, como escuela, para nosotros es importante descubrir ese talento, pero luego formar a los jóvenes con especialistas de cine para que les enseñen cómo se cuenta una historia cinematográficamente.

Esa es la diferencia entre los publicitario, que es más express, más directo para vender un producto y los cinematográfico que es más paciente para poder contar historias.

¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentaste cuando tomaste la decisión de dedicarte al cine?

Los primeros desafíos que uno se encuentra como cineasta en el país, casi como como cualquier artista, es la falta de apoyo de recursos de academia. No hay dónde estudiar porque históricamente el país no ha vivido un apoyo tan fuerte hacia las artes y hacia el cine. Además, la falta de acceso a recursos y el apoyo al artista. Un escritor necesita papel y lápiz, un pintor necesita una canva y pintura; pero un cineasta necesita cámaras, necesita un equipo completo, lentes y todo eso es carísimo. Entonces de entrada, ya vas con las manos atadas como cineasta, de qué es lo que puedes crear y cómo poder crearlo. Por eso, nos hemos dado a la labor durante estos años de abrir espacios, crear esos puentes y esos vínculos con instituciones privadas y públicas.

¿Qué pensas de los temas de diversidad en el cine nacional?

Justamente nuestra frase de este año es la libertad de crear tu propia historia. Yo creo que cada quien es responsable de lo que pueda contar, decir su discurso o lo que quiera defender. Creemos plenamente en que cada creador tiene la libertad de poder contar y decir lo que necesite decir, al final el audiovisual es un arma poderosísima y el cine nos ha dado grandes creadores que han contado su visión, su forma de ver el mundo y para nosotros, eso es sumamente respetable e importante que se mantenga.

Como sociedad es escuchar todas las voces para avanzar, crecer y entender que no solo hay una visión del mundo; sino que, hay muchas y hay que verlas y escucharlas según los públicos.

Entonces, ¿dentro del festival no hay censura de temas?

Nosotros nunca limitamos ni censuramos a ningún creador, el tipo de historia que pueda contar; pero obviamente, debe basarse en el principio fundamental que es el respeto a los demás.


¿Cómo ves la influencia de redes sociales como TikTok y plataformas como YouTube en el cine actual?

Es bien interesante la pregunta porque últimamente yo he visto, por lo menos en taquilla, que grandes éxitos taquilleros ahora son a partir de memes o a partir de un TikTok que se hizo viral. Es muy interesante cómo independientemente del presupuesto que tengan las películas, sea multimillonario o de bajo presupuesto, algo como un meme o una escena o algo que la comunidad del Internet que es bien etérea adopte, puede significar el éxito completo de una película, y no solo pasa en el cine sino también en la música.

Creo que es bien importante no descuidar estos medios porque como creadores también tenemos una responsabilidad de conectar con nuestra audiencia. No nos podemos quejar de que no ven nuestras películas, si no hacemos ningún esfuerzo por conectar con esas personas.

¿Qué cineastas y películas te inspiran?

Tengo grandes referentes y maestros del cine, es imposible ver películas de ellos que no te gusten, como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Stanley Kubrick, entre otros.

Si me preguntas por mi película favorita, es una de culto llamada “El Fantasma en el Paraíso”... ¡Buenísima! No soy tan fan de los musicales, pero ese sí me gusta un montón, es una película que yo puedo ver 100 veces y nunca me voy a aburrir.

¿Crees que El Salvador alcance esa calidad de cine?

Creo que sí, en algún momento va a suceder pero obviamente hay que sentar las bases y trabajar muchísimo para eso. No dudo de la capacidad de los salvadoreños y lo que podemos llegar a ser. Un salvadoreño o una salvadoreña, puede hacer lo que se proponga y los sueños se pueden cumplir. El cine es soñar mucho, tener fe y pensar en grande.

Hay referentes en la actualidad que lo están logrando, como Julio Torres, que es alguien que ha llegado a marcar un hito para los salvadoreños en la industria del entretenimiento, del cine y de las series. Es una inspiración para mí, por lo que está haciendo en el programa "Saturday Night Live", en HBO, con las productoras y el nivel en el que está codeándose con artistas como Emma Stone, con gente ganadora de premios Óscar... en la actualidad creo que no hay una barrera imposible.

Creo que al final obviamente todo depende mucho de los recursos, los privilegios, los estados donde estamos; pero también, marca mucho la fe de querer y creer que sí podemos.


¿Tus próximos proyectos?

Yo tengo mucha esperanza y mucha fe en el momento que estamos como país. Cada vez se van abriendo más espacios y más ventanas para poder exponer nuestras creaciones. Eso es lo que me esperanza poder seguir trabajando en más producciones y creo que se viene un momento especial con la aprobación de una ley de cine, que ojalá suceda porque cambiaría completamente el panorama del país y eso es un incentivo.

Nosotros tenemos una deuda histórica con nuestro cine, de retratar y de vernos en la pantalla grande, porque siempre hemos visto producciones de Hollywood, siempre hemos visto producciones renombradas de otras partes del mundo, pero son muy pocas veces las que hemos visto producciones salvadoreñas.