Miles de salvadoreños, principalmente adolescentes (muchos de ellos acompañados de un padre de familia), acudieron esta noche de viernes al concierto de la estrella boricua Young Miko en El Salvador, una gala explosiva cargada de rimas atrevidas, romance, reggaetón y fuegos artificiales.

La talentosa María Victoria Ramírez de Arellano Cardona, de 26 años, comprobó que en El Salvador existen miles de almas que hoy más que nunca corean sus canciones, algunas irreverentes y otras llenas de flirteo y sensualidad, pero especialmente honestas y libres como la misma intérprete que ha ocupado las portadas de Billboard, Rolling Stone o Vogue.

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Muchas de sus fans alzaron pancartas con mensajes creativos para la esbelta rubia decidió leer muy agradecida: "Esta noche soy lesbiana, Miko. Tú me das las ganas", leyó la rapera, bastante divertida. "¿Cómo saben que soy gay?", dijo seguidamente con una sonrisa llena de picardía y complicidad.

El set musical y visual del concierto fue totalmente espectacular. Foto: Jhoel Díaz
El set musical y visual del concierto fue totalmente espectacular. Foto: Jhoel Díaz


Tanto la artista como sus fans pintaron el evento de color de rosa, con prendas del estilo urbano que la caracteriza, sin faltar trenzas y un poco de grunge. Algunas chicas se llevaron la bandera arcoíris, otros la de Puerto Rico, para hacer un homenaje a la guapa "Baby Miko", que apareció en el escenario en un montaje como el de su propia recámara.

El recital, realizado en el complejo Cuscatlán, incluyó temas como"Wiggy", "No quiero pelear" (con Elena Rose), "Fina" (la que interpreta con Bad Bunny), "Bzrp Music Sessions, Vol. 58" (con Bizarrap) o "Classy 101" (con Feid), la mayoría dedicadas abiertamente a chicas.

La guapa boricua escuchó cómo los salvadoreños conocen casi todas sus letras. Foto: Rubén Ramos
La guapa boricua escuchó cómo los salvadoreños conocen casi todas sus letras. Foto: Rubén Ramos


Young Miko, que estos días ha dado indicios de haber empezado una relación con la cantante argentina Tini, no escatimó en carisma, cercanía, baile y una producción carcaga de animaciones y efectos especiales que los salvadoreños disfrutaron de principio a fin.