Por fortuna, países como El Salvador no cayeron en la tentación de integrarse a esa organización llamada BRIC (por Brasil, Rusia, India y China) fundada en 2009, a la cual se incorporó Sudáfrica en el 2010, por ello son BRICS; a la qe posteriormente se sumaron Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, por lo que ahora son BRICS Plus.

En realidad, el propósito no oculto fue crear una zona económica y política que compitiera y desplazare al llamado G7 conformado por países de libre mercado en democracia, cuyo intercambio comercial está signado por el dólar. No ha sucedido, por supuesto. Ni el rublo, el yuan, la rupia o el real brasileño han podido sustituir al dólar como divisa de intercambio comercial.

En realidad es un grupo político, interesado más en contrarrestar el modelo republicano democrático y sus valores inherentes, que una organización económica regional, como puede ser la Unión Europea o Mercosur. El peso político recae evidentemente en Rusia y en China. Por lo que es más una concepto geopolítico que una unión aduanera, mercado común o zona económica exclusiva.

Esta última Cumbre, realizada en la ciudad de Kazán la capital de Tartaristán, miembro de la federación rusa (del 22 al 24), que coincidió con la Conferencia del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional celebrada en la ciudad de Washington, cuenta con una variante muy particular, la pretensión de Venezuela, Cuba y Nicaragua de formar parte de esta organización que compite con Occidente y sus valores.

Cuba no tiene fronteras acuáticas o terrestres con el Océano Pacifico, tampoco Venezuela, ambos países anclados en el Mar Caribe del océano Atlántico. Solo Nicaragua tiene costa en los dos océanos; y sí, su centro político y económico está situado en el Pacífico. Lo que no tiene es el nivel suficiente para integrar una organización comercial del nivel de la India, China o los Emiratos. De modo que, ¿cuál intercambio comercial o moneda fuerte presentan para situarse de tú a tú con China o la India, por ejemplo?

De Venezuela o Cuba poco hay que agregar; son dos países arruinados de los cuales no se sabe con certitud, cual es valor real de su moneda con respecto al dólar o al mismo yuan. Aparte que Venezuela, igualmente, no tiene diez centímetros de costa en el Pacifico.

El Salvador se salvó digo, porque de haber estado en el poder el FMLN, y siendo un que mira totalmente al océano Pacífico, ya hubiere solicitado su incorporación al plus de los BRICS, y no un país como lo es ahora, que busca y se encamina hacia su propia vía de desarrollo económico en democracia, sin alianzas esclavizantes y colonizadas con el mundo oriental u occidental.

Quien sí se presentó en Kazán sin ser invitado fue Nicolás Maduro, su esposa Cilia, la Vicepresidente inefable Delcy Rodiriguez y una numerosa comitiva variopinta que poco tiempo tendría para hacer turismo en esta milenaria ciudad, con un grado centígrado bajo cero en esta época del año, situada a orillas del río Volga, y rodeados de edificaciones históricas que funge como la capital de Tartaristán, y conviven en paz cristianos y musulmanes, hasta que Irán o integristas islámicos de Palestina o Beirut decidan lo contrario.

A la cumbre no fue, porque no estaba invitado, además varios países del Bric Plus entre ellos el poderoso Brasil, habían vetado a Nicolás Maduro y su peligrosa compañía, que huele a desalojo con preaviso. De modo que su peligroso viaje, dado que tiene una orden de captura internacional emitida por la DEA, despierta curiosidad la ruta que tuvo que seguir para aterrizar en tan alejado territorio de nuestra sufriente Venezuela.

Quizá fue a solicitar consejo sobre qué hacer ante el derrumbamiento incontenible, persistente e inevitable del régimen delincuencial instalado en el Palacio de MIraflores y Fuerte Tiuna, desde que fuere derrotado vergonzosamente, porque no fue una derrota electoral sino un rechazo nacional inspirado y guiado por esa valiente y singular mujer llamada Maria Corina Machado. Hasta en los cuarteles, como consta en las actas en posesión de las Naciones Unidas y la OEA, fue derrotado en una proporción de tres a uno.
De modo que el sol, quizás ya no esté a sus espaldas, sino que ha comenzado a quemar, para beneficio de la humanidad.