El Parque Cuscatlán cumple cinco años desde su reapertura el próximo 17 de septiembre de 2019. En este tiempo ha presentado una importante evolución, desde la inclusión de actividades permanentes dedicadas a la comunidad de visitantes hasta la creación reciente de jardines polinizadores dedicados a los agentes que aseguran nuestra biodiversidad.
Es así como este espacio actúa como un catalizador para la conservación y la educación ambiental. Este es sin duda uno de los proyectos más emocionantes e innovadores que se ha implementado en el parque y es posible gracias al apoyo invaluable del Banco Agrícola. Como parte del Grupo Bancolombia, el banco impulsa una estrategia de “Negocios con Propósito”, cuyo objetivo es promover el desarrollo sostenible para lograr el bienestar de todos, y la protección del medio ambiente es uno de sus ejes prioritarios. Con este esfuerzo no solo se embellece el paisaje del parque, sino que se impacta de forma crucial en la protección de la biodiversidad, especialmente en lo que respecta a los polinizadores, que son esenciales para la salud de los ecosistemas, nuestra seguridad alimentaria y la posibilidad de realizar actividades humanas cotidianas.
El concepto de estos jardines polinizadores surgió hace poco más de un año, durante una visita técnica a México facilitada por la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) y liderada por la Secretaría del Medio Ambiente de Ciudad de México (SEDEMA). Miembros de Fundación Parque Cuscatlán (FUNDAPARC) y de la Alcaldía de San Salvador Centro tuvieron la oportunidad de observar de primera mano el programa de jardines polinizadores en el entorno urbano y entender cómo estos se convierten en un puente entre la conservación de la naturaleza y la comunidad.
Inspirados por esta experiencia y tras más de un año de planificación, finalmente logramos implementarlos en el Parque Cuscatlán. Los jardines polinizadores cuentan con flores atractivas para especies polinizadoras y también se ha incorporado una especie amigable con los visitantes: la abeja sin aguijón, conocida localmente como “chumelo”. Esta pequeña abeja, que no representa peligro para las personas, es una aliada valiosa para mantener y aumentar la polinización en el parque.
El diseño de estos jardines se enfoca en la selección cuidadosa de plantas que atraen a los polinizadores e incorpora pequeños “hoteles de insectos”. Estos hoteles, que proporcionan refugio, son estructuras de bambú que permiten que estas criaturas descansen para luego seguir con su labor polinizadora. A través de estas intervenciones, estamos contribuyendo a la conservación de nuestra biodiversidad de manera tangible y accesible.
El impacto de estos jardines no se detiene en la protección de la biodiversidad. También se ha diseñado una serie de actividades educativas dirigidas a la niñez que visita el parque, con el objetivo de fomentar un mayor entendimiento y aprecio por los polinizadores. Sabemos que muchas veces los insectos pueden generar miedo, especialmente en los más pequeños. Pero creemos firmemente que, al educar a las futuras generaciones sobre el rol crucial que los polinizadores desempeñan, podemos cambiar esa percepción y promover su protección y cuidado.
En este sentido, se han organizado talleres de coloreo y dibujo donde los niños pueden aprender sobre las abejas y otros polinizadores, de manera lúdica. Además, se llevan a cabo charlas informativas, en las que toda persona interesada puede aprender sobre el tema. Estas actividades buscan educar e inspirar un sentido de responsabilidad hacia la naturaleza.
Al entender el papel de los polinizadores, también estamos contribuyendo a garantizar nuestra seguridad alimentaria, conservación del medioambiente y la posibilidad de seguir realizando actividades de la vida cotidiana. Estos seres vivos son responsables de la polinización de muchas de las plantas de las que dependemos para obtener alimentos. Sin ellos, el acceso a una dieta rica y variada estaría en peligro. Por eso, este proyecto va más allá del paisajismo, es una inversión en el futuro del parque y de nuestra comunidad.
• Mayu Ferrufino, directora de la Fundación Parque Cuscatlán